La iglesia, como siempre, enemiga de la ciencia y el conocimineto libre, se ha escandalizado y ha recordado a los científicos que no se puede jugar a ser dios. Los señores de la sotana están a dios rogando, pero con el mazo dando: ellos juegan a ser políticos, moralistas, sociólogos, gobernadores... sin ser ni su función ni estar preparados ni legitimados, y no pasa nada. Durante siglos impusieron la fe y LA VERDAD de la mano de dictadores, ejercitos y tiranos. Y ahora que no diponen de autos de fe, inquisición ni hoguera se dan cuenta de que van perdiendo sus argumentos por anacrónicos sin que puedan hacer nada para salvar su decadencia. Por su parte, y en modesta respuesta a la jerarquia vaticana, la ciencia no juega a ser dios, sino a conocer la verdad. El eterno debate ciencia frente a religión está fuera de lugar, porque la ciencia busca saber y la religión exigen tener fe, sin poder contrastar. En palabras de Punset, cuanto más grande es la ciencia, más pequeñito se hace dios.
alfonsovazquez.com
ciberantropólogo