Jugar es accionar, activar la mente en crear una historia, donde existirá siempre un conflicto, y ponerlo en actividad a través de nuestros cuerpos. Jugar es arrancar el motor de la creatividad para aportar nuevas soluciones a cuestiones ya conocidas. En el mismo camino se encuentra Branding, creación de una marca corporativa, hecha con valores no tangibles y sí experienciables.El Branding, o creación de una imagen corporativa, al igual que los juegos tiene una duración no estipulada, es decir, existirá mientras haya objetivo marcado. Un objetivo que suele venir marcado por un proceso estudiado con rigor de diversas fases de construcción y desarrollo del mecanismo hasta conseguir que la suma de cada fase que se ha fabricado den el puzzle deseado, el resultado perfectamente coherente que la empresa desea transmitir al público.Los pasos a dar hasta la resolución del puzzle, tantos como sean necesarios, y lo más importante, tan cambiables o redireccionables como el objetivo de la marca esté concretamente definido. Es la gran ventaja que aportan Branding y jugar, no hay reglas. Hay un mínima estructura, el resto es totalmente modificable, con fases que se suman o se restan, según convenga.Y como en el juego, una vez logrado el objetivo, siempre habrá otros objetivos a conquistar, porque el camino no se deja de hacer. Mientras exista competencia y hay muchísima, habrá camino por recorrer, y soluciones siempre necesarias para conquistar una nueva meta. Un nuevo objetivo.