No es que sea matemático, hay partidos en los que se juega muy bien y es posible perder, pero si existe un buen juego por parte del equipo, lo normal es que se gane un alto porcentaje de partidos.
Ya sabrán nuestros lectores que no hablamos de taconcitos ni de jogo bonito, no, hablamos de un equipo bien plantado en el campo, con el sistema adecuado, con los jugadores pertinentes en el terreno de juego, con la estrategia adecuada y todas estas cosas que son menester ante la calidad que se le presupone al Sevilla FC. Los taconcitos llegaron cuando el equipo, ante el Getafe, se encontraba cómodo con el juego desplegado y el resultado acompañaba, nunca antes.
El partido tuvo dos caras, una primera parte para echarse a dormir donde tuvimos la fortuna de marcar un gol. Fazio, un jugador que ayer gustó mucho en la grada, estaba en su sitio, demostró su poderío aéreo no solo en el gol, sino en gran parte del encuentro y en la segunda parte el equipo desplegó un juego arrollador, ante el cual el Getafe poco pudo hacer. Si se juega así, lo normal es ganar.
Y esto es lo que no entienden algunos. El resultadismo termina por hacer pobre al fútbol, especialmente ante las aficiones entendidas como la del Ramón Sánchez-Pizjuán que gustaron y apreciaron sobremanera el buen juego y que, sin son sevillistas será por algo. Esta es la fina línea que distingue a un equipo grande de otro que no lo es y esto es lo que no tienen claro. Yo sí lo tengo claro y quiero apostar por caballo ganador y en Andalucía tan solo hay uno que puede jugar bien y ganar como gusta a sus aficionados. Esto es un lujo que pocos se pueden permitir.
No nos remontaremos a la Escuela sevillista de los años 20, con la “Línea del miedo”, esos orígenes en los que el Sevilla FC enamoraba por su juego, encandilaba a media España y enamoraba a la otra media, no hablaremos ni tan siquiera de la reciente “Generación del Centenario” con sus grandes títulos, tan solo hablamos del juego que el Eterno Campeón de Andalucía debe abanderar con normalidad y siendo habitual.
Con esta victoria se ha iniciado el asalto a los puestos Champions, lugar endémico que debe corresponder al grande de Andalucía naturalmente. Parece que Marcelino va encontrando el sistema adecuado a esta plantilla, con las reticencias necesarias, pues otras veces a lo largo de la temporada casi lo creímos también y después nos llevamos el chasco. Esperemos que sea la definitiva.
Eso sí, ahora nadie se acuerda de Bielsa, un entrenador que por lo que llevamos de temporada todavía no ha sido capaz de superar a este Sevilla FC desde Bilbao, lo que hasta el momento confirma el acierto de este Consejo de administración. Tan solo los resultados, ahora sí y solo en este caso lo confirman, aunque la temporada es larga aún.
En la grada muchos disfrutamos, especialmente en la segunda parte, y es que no es lo mismo ganar metiendo un gol con el culo de rebote en el último minuto, estando asustados durante todo el partido, que ganar con solvencia disfrutando del juego del equipo. Dónde va usted a parar.
Magníficos los Biris ayer. Espectacular la animación en todo momento y agradecimiento eterno por parte de todos al acordarse de Giulio Guerrera, nuestro italiano que se enamoró del Sevilla FC.
Ahora nos toca toda la semana soportar el muermo del “clásico”, un engendro para generar cash entre los equipos ricos del elenco futbolístico español.
Paciencia.
SI TE GUSTA EL ARTÍCULO TUITÉALO.