-Envidia la luna a Bruna, y tiene motivos hartos, pues Bruna es rica y la luna solo tiene cuatro cuartos.
-El lunes murió don Blas ¡Qué lástima fatal fue; si muere el martes, a fe que hubiera vivido más.
-Varios señores cenaban con afán desordenado, y a una tajada miraban que, habiendo sola quedado, por cortesía respetaban. Uno la luz apagó para atraparla él solo y halló...., las manos de todos, pero la tajada no.
-Dime porque lloras Bruno ? -Porque me ha dicho el maestro que rece dos Padre Nuestro, y yo no sé más que uno.
No sé por qué amor platónico llaman al que es puro y casto; Porque, si es amor de ayuno, ¿para qué hace falta el plato?
«Me acuso, padre Jacinto, de violar el mandamiento que viene detrás del quinto». «Rezad de credos un ciento». «Más es justo que a cincuenta partamos entre los dos, porque...» «¡Chist! calla, Vicenta, los partiremos... adiós».
El sátrapa don Antonio exclamaba el otro día: «¡Es muy pesada, a fe mía, la carga del matrimonio!» Y entonces, con mucha sal, repuso la bella Inés: «Por eso tengo yo tres que ayuden a mi Pascual».
Si te han gustado me alegro, y si no remedio tiene. Busca en estos almacenes algo mejor hallarás.