Jugar con el espejo

Por Mariló @elbauldelasenyo

El espejo es un elemento fundamental e nuestro vida cotidiana. Y nos ayudará a favorecer en nuestros bebés el conocimiento de uno mismo. Estas actividades van encaminadas a trabajar la percepción, la coordinación y la precisión d movimintos. Para llevarlas a cabo hay que tener en cuenta en qué momento se encuentra el niño.

Hasta los 6 meses no asocia su reflejo consigo mismo. Aunque puede tener interacción con él, no comprenderá qué está pasando. Sólo es algo más que está ahí. Es a partir de esa edad cuando empiezan a darse cuenta de que hay algo extraño en eso. Cuando sea capaz de reconocerse tendrá una reacción de risa, sorpresa y satisfacción. Aunque esto ocurra, será por poco tiempo: enseguida se olvidará y volverá a encontrarse con su reflejo.

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Algunas actividades con el espejo a partir de 6 meses

Podemos sentar al niño delante del espejo (sin que nosotros nos reflejemos), y así observar cómo interactúa con él y qué expresiones y sensaciones le provoca su propia imagen. Después nos podemos poner a su ladopara que vea nuestro reflejo también. Esto le ayudará porque conoce nuestra imagen, y le chocará vernos doble. Nos mirará en el espejo con gran curiosidad y alegria.

Seguidamente podemos empezar a interactuar con las imagenes del espejo. Por ejemplo, moviendo los brazos. Así le ayudamos a discernir qué son las manos y qué son la imagen reflejada de las manos. Hagamos toda clase de movimientos que llamen su atención hacia el espejo.

También podemos coger sus manos y acercarlas al espejo, así como cogerlo en brazos para acercarle y separale del espejo, aparecer y desaparecer de él,…

Algunas actividades con el espejo a partir de 10 meses

A partir de los 10 meses empezará a tener mucha más interacción con el espejo: jugar con las manos, chupar el reflejo,…  Por ello estas actividades van destinadas a favorecer el control del propio cuerpo. Una de ellas es “jugar a los gestos”, con la que además trabajamos el lenguaje expresivo. Podemos poner cara a distintos sentimientos, para que el niño nos imite: alegre, sorprendida, triste… Tambioén podemos jugar con los animales, imitando cómo se mueve cada animal. Para ello necesitaremos un gran espejo. O, en mi caso, el portal del edificio donde viven los abuelos ;)

Estas actividades podemos hacerlas tantas veces como queramos. ¡Les encantan! Espero que a vosotros también. ¿Se os ocurren más?

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