El juego es el medio de aprendizaje a travès del cual el niño investiga, explora y descubre el mundo que le rodea. Conociendo el mundo, el niño se conoce a sì mismo. Es su medio de expresiòn, comunicaciòn y elaboraciòn de conflictos. Repite simbòlicamente situaciones placenteras y penosas, exteriorizandolas, poniendolas fuera, intentando dominarlas a travès de su actividad. La manipulaciòn de materiales y objetos es una base fundamental para el desarrollo de su capacidad lògica y simbòlica. Jugando ademàs el niño se inicia en roles que podrà desempeñar en el futuro.El niño tiene capacidad espontànea para crear juegos, como arrojar cosas fuera de su alcance, taparse con la sàbana, esconderse, meter objetos en agujeros, abrir y cerrar puertas y cajas. El hecho de que juguemos con èl e incorporemos el lenguaje y el canto le permite enriquecer y fortalecer la construcciòn de su tan importante mundo de fantasìa.La paciencia que pongamos en alentar, reconocer y alabar sus esfuerzos, las buenas palabras, las benditas palabras, ayudan en esa direcciòn. En cambio los reproches, las malas palabras, los regaños, las burlas, los motes, los golpes y los castigos conducen a una construcciòn masoquista, invadida de sentimientos de culpa que pesarà negativamente en la vida futura del niño. Quedaràn entonces comprometidas la relaciòn con los demàs, la capacidad intelectual y de aprendizaje, la imaginaciòn y creatividad, la inquietud y deseo, la salud fìsica y mental que son indisociables.Los estados depresivos, de ansiedad o angustia y las manifestaciones sintomàticas patològicas suelen coincidir con carencias en la contsrucciòn de ese mundo de fantasìas.Valorar la capacidad lùdica de nuestro hijo es facilitarle una actividad adulta màs satisfactoria y gratificante. El niño que ha visto desvalorizados sus juegos corre el riesgo de ser un adulto que no se valore a sì mismo.Juan Pundik. Psicoanalista. Presidente de la Plataforma contra el Prozac y la medicalizaciòn de la infancia. Presidente de Filium y autor de El Niño Hiperactivo, dèficit de atenciòn y fracaso escolar y La Vida Medicada. (Ed. Filium)Esta entrega es la Segunda parte. Pueden ver la Primera parte aquì.