Cuando me mostró la espada me quedé asombrado porque jugando con él casi me lesiona un ojo al cogerme desprevenido. La punta es afilada y muy poco flexible; la examiné con detalle y le hice dos fotografías para que puedan observar lo puntiagudo que es su extremo.
Según las instrucciones, cumple todos los requisitos se seguridad y exhibe el logo de la aprobación de la CE junto con la advertencia de no ser apto para niños menores de 3 años, de mantener el disfraz lejos del fuego y de advertir que la espuma que se puede romper tiene riesgo de asfixia.
A cualquier niño mayor de 3 años de edad con un disfraz como este le apetece entrar en "lucha contra el enemigo" y, por supuesto, como en los toros "entrar a matar". Si ensarta un ojo puede crear problemas al "enemigo"