Juguetes sexuales: disfrute, uso y abuso

Publicado el 15 junio 2015 por Alberto Garcia @ensurincon

Muñeca japonesa, no disponible en las jugueterías tradicionales


La combinación de palabras “juguete” y “sexual” puede dar lugar a errores y malentendidos. Puedes errar entrando en una juguetería tradicional y una vez dentro provocar un malentendido al solicitar el producto. Recuerda que estos productos se compran físicamente en tiendas llamadas SexShop o puedes realizar la comprar “online” si tu tiempo es escaso, la tienda física queda lejos o tu timidez es considerable.
Así que recuerda, a pesar de hablar siempre de juguetes, no entres en una Juguetería a solicitar un “consolador” o en un SexShop a pedir un “juego de construcción”. Con ambos productos se juega y se disfruta, pero de formas muy diferentes y se orientan a públicos de edades muy dispares.
Tampoco son juguetes para solicitar por carta o petición oral a los Reyes Magos o Papá Noel. Sólo en el caso de ser una persona adulta, y creer todavía en estos personajes, puedes realizar la petición a nivel personal.
Como cualquier juguete que se precie, pueden ser de uso personal o para compartir con amigos o amigas… íntimos. La variedad y sofisticación está llegando a extremos apoteósicos, desde el tradicional “consolador” a las “muñecas hinchables” ultra realistas de silicona Made in Japan. Si te aburres es porque quieres.
Mando a distancia, pilas o manual. Nuestros ancestros sólo podían recurrir a su utilización manual, toscos consoladores y artilugios realizados en metal, madera o piedra. Manufacturados algunas veces con piedras preciosas y metales nobles, que añadían valor y arte al producto, pero no propiedades específicas de carácter gozoso.
La tecnología actual ha permitido el uso de materiales de última generación y la implantación de dispositivos electrónicos en los mismos, para simular suaves descargas eléctricas o movimiento independiente. Los diseños ergonómicos, realistas o sofisticados, junto con una enorme variedad de productos y colores, completan el panorama. Un estimulador anal, vaginal o de pene no tiene porque ser feo o anodino. Al contrario, su vista debe excitar y nuestra imaginación disparar.
A final ­–como en la mayoría de los productos– cuando más caro, mayor sofisticación y placer puede proporcional. Lógicamente, no es lo mismo un simple consolador manual que una variación del mismo, con estimulador independiente de clítoris, diseño adaptable, “tacto de seda”, multifunción, efecto “succión”, velocidad variable, recargable, sumergible, libre de phalatos, no tóxico, compatible con lubricantes, mando a distancia, silencioso, fácil de limpiar y respetuoso con el medio ambiente. Una joya, lo mires por donde lo mires. Tu cuerpo te lo agradecerá y reaccionará en consonancia.
Los juguetes son un complemento, un accesorio divertido. No pueden sustituir a una mano experta, unos dedos retozones, una boca jugosa, un lengua traviesa, un pene cumplidor o una vagina acogedora; pero siempre puede resultar interesante tener un artículo de este tipo a mano, nos puede sacar de un apuro y producir una gran satisfacción personal.

Nota: recuerda que los juguetes sexuales están muy asociados con el onanismo. Si eres una persona muy religiosa, la manipulación genital con “aparatos sexuales” no te exime de culpa o pecado.