Ayer comenté en FB que ya había comprado algunos de los regalos para los chicos para las próximas fiestas, entre ellos, un bebé waldorf y un juego de escobita y pala para Emma, y un juego de carpintero en miniatura para Joaquín.Vivi, de Mamas y Bebes, me preguntaba si no eran elecciones muy esterotipadas, y hoy me envío éste artículo sobre los juguetes y los estereotipos.No voy a negar que muchísimos juguetes de los niños están muy estereotipados: autitos, figuras de acción, pistas y cosas azules para los varones; barbies, bebotes, maquillajes y cosas rosas para las niñas.Sin embargo, y si bien una primera apreciación de mi elección de los regalos para mis hijos puede parecer que los estereotipos me han envuelto también a mí, no hay nada más lejos de la realidad.Mandar a Joaqui a un cole Waldorf me ha hecho alejarme de los estereotipos como jamás pensé que lo haría. Mi hijo hace pompones de lana, y los trae a casa orgullosísimo para que los veamos. Nos cuenta con alegría que ya empezó a tejer en telar. Y de pronto, también nos sorprende contandonos que está aprendiendo a prender fuego en el horno de barro, o que usó el serrucho para hacer un portarretratos. En el cole de Joaqui la fantasía está a la orden del día, y niños y niñas juegan con seres imaginarios, hadas, duendes, caballeros, princesas y dragones.Simplemente al elegir sus juguetes tuve en cuenta los intereses de cada uno de ellos en este momento, y también que sin duda compartirán el juego. Más de una vez Joaqui ha jugado con los bebés de Emma, haciendo el rol de "papá". Más de una vez Emma se ha sentado a jugar con los autitos de Joaqui. Joaqui se ha subido a mis zapatos de taco en más de una oportunidad. Emma su sube al autito y maneja por toda la galería. Joaquín juega con la cocinita (rosa, sí, no había otro color) de Emma. Emma juega con la pelota de Joaquín. Ambos comparten juegos en la casita de madera.Sin embargo, actualmente el juego preferido de Emma es jugar a la mamá. Va para todos lados con un bebé en brazos. Y cuando Hernán o yo barremos, se nos cuelga de la escoba para ayudarnos. De hecho, tuvo secuestrada la escobita de su prima Clara durante más de dos meses... Entonces, porqué voy a privarla de algo que le divierte? No sería yo la que estereotipa si dejo de regalarle algo que le gusta, simplemente porque es un "estereotipo"?Lo mismo con Joaqui. Disfruta muchísimo ayudando a su papá cuando tiene que hacer algo con las herramientas. Ya tiene unas de plástico, pero estas nos gustaron porque son DE VERDAD. En pequeñito, pero de verdad. Y seguramente Emma también las usará cuando tenga edad para agarrar un serrucho sin cortarse o dar un martillazo sin golpearse. Y seguramente Joaqui jugará con el bebé waldorf y también barrerá con la escobita.Creo que, si bien es cierto que debemos estar atentos para no caer en los estereotipos de las publicidades infantiles, también debemos estar atentos de no privar a nuestros hijos de juegos que disfruten, por un prejuicio de que tal vez los estaríamos estereotipando. La línea es muy fina, verdad?(Y hablando de estereotipos, mientras termino este post, Joaqui me pide para ver el dibujito animado de "Frutillitas" ;-))