Julian Assange se conecta a un chat. Son las 18.41 de la tarde de ayer sábado, el cerco policial se estrecha en torno a él. La justicia sueca le reclama, la Interpol ha emitido una nota roja, recibe varias amenazas de muerte, está en el ojo del huracán.
A las 18.41, encuentra por fin el momento de mantener una charla vía chat con EL PAÍS. Parece estar bastante tranquilo, según se deduce de su manera de responder. Sigue esquivando, como ya hizo la última vez que le entrevistamos en Londres, las preguntas en torno al caso que tiene abierto con la justicia sueca, adonde debe acudir a testificar por una doble de denuncia de violación y acoso sexual. Está con un terrible dolor de cabeza, dice, las últimas 24 horas han sido muy duras.
Pregunta. Usted y la gente de su organización están adoptando medidas de seguridad tras las amenazas de muerte que están recibiendo: ¿De dónde vienen esas amenazas de muerte?
Respuesta. Tenemos cientos de amenazas de muerte específicas de soldados del Ejército de los Estados Unidos. No es inusual, por experiencias pasadas, nos hemos acostumbrado a ignorar amenazas de extremistas islámicos, cleptócratas africanos, y demás. La situación ha cambiado recientemente al extenderse las amenazas a nuestros abogados y a mis hijos. No obstante, son los llamamientos específicos a nuestro asesinato, secuestro y ejecución por parte de las élites de la sociedad estadounidense lo que resulta más preocupante. Va desde la iniciativa de John Ensign en el Senado para declararnos "amenaza transnacional" hasta los llamamientos al asesinato de Marc Thessian, el hombre que escribía los discursos a Bush y a los de Bill O'Reilly en las noticias de Fox.
P. ¿Sus hijos? ¿Cómo han sido amenazados?
R. Creo que es mejor no dar demasiadas ideas hablando de ellos. No obstante, algunos sitios de extrema derecha también han hecho un llamamiento para atacarme por la vía de mis hijos. Yo ya preveía que esto iba a ocurrir en abril, por eso desde entonces he tenido que mantenerme separado de mi familia. Espera un momento, te envío algunas evidencias.
Assange envía un documento adjunto con todas las declaraciones en las que se ha pedido su cabeza con su correspondiente enlace.
P. ¿Cuánta gente le está ayudando en la organización? ¿Se siente arropado para mantenerse fuerte?
R. La organización está fuerte. Tenemos muchos apoyos, pero también recibimos muchos ataques. Desde ataques distribuidos de denegación de servicio hasta calumnias y las cuestiones legales. Hay docenas de personas ayudando montando réplicas del sitio, pero lleva mucho tiempo gestionar el proceso. Si hay una batalla entre el Ejército de EE UU y la preservación de la historia, hemos asegurado que la historia vencerá.
P. ¿Es esta la mayor filtración de la Historia? ¿La más relevante? ¿O fue la de los papeles del Pentágono de Daniel Ellsberg?
R. Esta es la mayor, son más de 265 millones de palabras y es la más relevante; cubre cada tema serio de cada país. Es más significativa que la de los papeles de Afganistán.
P. ¿Cuáles cree que serán las consecuencias de este megaleak?
R. Es pronto para decirlo. Las ondas están empezando a extenderse por el mundo. Pero creo que la geopolítica se dividirá entre el pre y post Cablegate. Dos preguntas más, me temo que me tengo que ir...
P. Hablando con la revista Time dijo que Clinton debería dimitir si se puede comprobar que fue responsable de ordenar a diplomáticos estadounidenses que espiaran en Naciones Unidas. Si así fuera, ¿no debería ser Barack Obama el que dimitiera?
R. Toda la cadena de mando que supo de esta orden y que las aprobó debe dimitir si Estado Unidos quiere ser visto como una nación creíble que obedece las leyes. La orden es tan seria que podría haber llegado al presidente para su aprobación.
P. Y si así fuera, ¿debería dimitir? Y, por favor, permítame un par de preguntas más...
R. Obama debe decir qué sabía de esa orden ilegal y cuándo supo de ella. Si se niega a contestar o hay evidencia de que aprobó esas acciones, debería dimitir.
P. ¿Es cierto que Scotland Yard sabe dónde se encuentra usted y que usted se ha mostrado dispuesto a hablar con las autoridades suecas, incluido el fiscal que lleva el caso?
R. ...
P. Hola, ¿hay alguien?
R. ...
P. Hola, ¿aún está ahí?
R. ...
P. ¿Se acabó?
R. Lo siento, Internet se desconectó momentáneamente.
P. ¿Podría hacerle una par de preguntas más?
R. De acuerdo. Que sean rápidas. :) [emoticono de sonrisa]
P. Bueno, primero, lo que le acabo de preguntar ¿Es cierto que se ha puesto a disposición de las autoridades suecas? ¿Qué piensa hacer en el caso que tiene abierto después de que el Tribunal Supremo denegara su recurso?
R. Lucharemos y los expondremos, naturalmente. Que hay algo "equivocado" en este caso es algo que ya es obvio para todo el mundo.
P. ¿Y piensa seguir escondido o está dispuesto a decir lo que tenga que decir ante la justicia sueca?
R. ...
P. Por favor, responda si puede a esta última pregunta...
[La comunicación se interrumpe. Su asistente retoma el contacto: "¡Lo siento! ¡Se ha ido!"]Una mirada no convencional al neoliberalismo y la globalización