Los espejos tienen vida propia y guardan nuestros dobles. Podemos verlo en algunas historias infantiles, como Julián en el espejo, de Félix Bruzzone (Adriana Hidalgo, 2014) y en célebres cuentos para adultos como Cornelia frente al espejo, de Silvina Ocampo (reeditado por Lumen, 2014). Coincidió que en una misma semana me encontré con ambos libros. En uno, el que le leí en voz alta a mi hija, hay dos padres cansados, que no escuchan al mejor amigo de su hijo (el perro) quien intenta advertirles que no barran los pedazos del espejo roto porque al que estarán tirando a la basura es a Julián (“Y justo cuando la mamá está por tirar todo en la bolsa, ve, en uno de los pedazos del espejo, una zapatilla roja y brillante”). En el otro, el que leí sólo para mí, una mujer le habla al espejo que está por romperse (“Me buscaré a mí misma en todos tus pedazos: un ojo, una mano, un mechón de pelo, mis pies, mi ombligo, mis rodillas, mi espalda, mi nuca tan querida, nunca podré juntarlos.”)
Hay espejos rotos y doppelgänger para todas las edades.
- Julián en el espejo
- Fékix Bruzzone
- Adriana Hidalgo – Colección Pípala
- Año 2014
- 44 páginas
- ISBN 978-987-1923-77-9
- Cornelia frente al espejo
- Silvina Ocampo
- Lumen
- Año 2014 (reedición)
- 280 páginas
- ISBN 9788426401847
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