Revista Arte
Tras el éxito de crítica y público de La Herida Universal, Julio de la Rosa anda a punto de terminar su nuevo disco: Pequeños Trastornos Sin Importancia. En cierto sentido, la continuación lógica de su anterior álbum y, probablemente, la obra cumbre de su carrera por su libertad, su honestidad y unos estribillos memorables que harán las delicias de fans y profanos. Un álbum de excesos, de amor y de trastornos (pequeños y sin importancia, claro). Diez canciones sobre relaciones de pareja que, bajo su apariencia de normalidad (esas cosas que nos pasan a todos), esconden toxicidades muy peligrosas y síntomas claros de conflictos de personalidad.
La sorpresa es uno de los factores importantes en su nuevo disco. Canciones deconstruidas y vueltas a levantar con estructuras novedosas para la aburrida arquitectura del pop contemporáneo, arreglos imaginativos, pero guitarrazos y guitarrazos en temas de seis, de dos, de ocho minutos; y sobre todo, un uso magistral de los juegos de voces: melodías que se entrelazan, y sobre esos lazos, nuevas melodías. Para ello, De la Rosa se está haciendo acompañar de algunas de las mejores voces del panorama nacional: Josephine Ayling (Boat Beam), Bunbury, Ana Franco (Coffee & Wine), Nahúm García (Clint), Miren Iza (Tulsa), Nieves Lázaro (J.F.Sebastian), Ainara LeGardon, Dani Llamas (Gas Drummers), Xoel López, Juan Alberto Martínez (Niños Mutantes), Hannot Mintegia (Audience), Miguel Rivera (Maga), Anni B Sweet y la posibilidad de que haya alguna sorpresa de última hora.
Como banda, Julio cuenta con los mismísimos Havalina: Ignacio Celma al bajo, Manuel Cabezalí a la guitarra, Javier Couceiro a las percusiones, más Jorge Fuertes (We are Standard) a la batería, Abraham Boba al piano y Pau Roca (La Habitación Roja) también a la guitarra.
Julio de la Rosa prepara, como no podía ser de otra manera, algo grande. En breve, un videoclip de adelanto, para ir haciendo boca.
La sorpresa es uno de los factores importantes en su nuevo disco. Canciones deconstruidas y vueltas a levantar con estructuras novedosas para la aburrida arquitectura del pop contemporáneo, arreglos imaginativos, pero guitarrazos y guitarrazos en temas de seis, de dos, de ocho minutos; y sobre todo, un uso magistral de los juegos de voces: melodías que se entrelazan, y sobre esos lazos, nuevas melodías. Para ello, De la Rosa se está haciendo acompañar de algunas de las mejores voces del panorama nacional: Josephine Ayling (Boat Beam), Bunbury, Ana Franco (Coffee & Wine), Nahúm García (Clint), Miren Iza (Tulsa), Nieves Lázaro (J.F.Sebastian), Ainara LeGardon, Dani Llamas (Gas Drummers), Xoel López, Juan Alberto Martínez (Niños Mutantes), Hannot Mintegia (Audience), Miguel Rivera (Maga), Anni B Sweet y la posibilidad de que haya alguna sorpresa de última hora.
Como banda, Julio cuenta con los mismísimos Havalina: Ignacio Celma al bajo, Manuel Cabezalí a la guitarra, Javier Couceiro a las percusiones, más Jorge Fuertes (We are Standard) a la batería, Abraham Boba al piano y Pau Roca (La Habitación Roja) también a la guitarra.
Julio de la Rosa prepara, como no podía ser de otra manera, algo grande. En breve, un videoclip de adelanto, para ir haciendo boca.
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