¿Que sacamos de todo esto? Pues que es más que evidente que si te pilla un momento de locura y le metes un bocado a la teta de Santa Águeda -la que lleva en el platillo- pensando que es un tocinillo de cielo, te puede caer la del pulpo. Justamente, eso sí. Pero si robas descaradamente miles de euros a la administración pública, eres un buen soldado de las hordas conservadoras y te arrepientes, no pasa nada porque Gallardón, el liberal, te sacará del apuro. Justamente, también.
Y, para rematarlo, viene Saénz de Santamaría -Sori, para los amigos- y nos da lecciones de moralidad y conducta honrosa anunciando reformas de regeneración y transparencia- no, no, si se puede regenerar y transparentar hasta la caradura, de eso no hay duda-. O el mismísimo Gallardón se permite la frivolidad -porque se tiene que ser muy frívolo o muy cínico- de decir que va a impulsar reformas para que los robos inferiores a 400 euros sean considerados delitos. Vamos que por menos de 400, a la cárcel; por más de 46.000 de copas; y en medio... ¿y en medio? Duda gorda. Señor Gallardón, si sólo robamos 45.000 euros, ¿seremos ladrones o indultados?Actualidad política y social. Una visión crítica de la economía la actividad política y los medios de comunicación.