Me imagino que ya habéis visto la fotografía que aparece más abajo del Ilustrísimo Señor Bárcenas haciendo un corte de mangas en versión mini a un grupo de personas que lo abuchearon en Barajas a su regreso del Canadá donde había estado esquiando.
Casi todos los periódicos han publicado la foto y han criticado que en su actual situación se dedique a viajes de placer, pero, que yo sepa, pocos han criticado el asunto como una demostración más que la Justicia española está para tirarla a la basura y comprar otra nueva.
Se puede discutir si este señor debía estar o no en prisión preventiva, pero de lo que no hay duda es que nadie en su situación debería disponer de pasaporte y poderse pasear por el mundo arreglando entuertos antes de que los descubra el juez. Porque no sé si el Sr. Barcenas fue realmente a Canadá a esquiar, pero lo que si se seguro es que algún juez y en general la Justicia patinaron a fondo, y no por error, sino con un objetivo claro y premeditado.
En este caso concreto creo que se demuestra muy claramente que hoy en día el elemento básico y fundamental de la Justícia en España ya no es la Ley sino la política y la corrupción. Sin salir del mismo caso Gurtel se toma por un lado la decisión extremadamente rigurosa de apartar al juez Garzón de la carrera judicial por unas escuchas aparentemente irregulares, dando de paso pie a que los abogados de los acusados reclamen la nulidad del proceso, y en cambio se permite que un personaje del que hay evidencia clara que ha manejado con múltiples irregularidades y posibles delitos una muy importante cantidad de fondos de procedencia secreta y por tanto dudosa, colocando parte importante de los fondos ilegalmente en paraíso fiscal, se pasee por el mundo con total libertad, con el riesgo, por no decir la certeza, de que va a ocultar todas las evidencias que pueda. Si esto es Justicia, prefiero un vertedero apestoso de los residuos más asquerosos, y además ya estoy más que harto de que me tomen por idiota perdido y encima nos hagan un corte de mangas a todos.
Por si a alguien le quedan dudas de que la única solución de la Justicia española es quemarlo todo y volver a empezar, adjunto un artículo de La Vanguardia del Martes 19 de febrero que se hace una serie de preguntas sobre el proceso del caso Gurtel.
Por mi parte, la forma de luchar contra tanta porquería va a ser continuar votando en blanco hasta que algún político o grupo de políticos me convenzan de que tienen la firme voluntad de acabar con los tres desastres absolutos de este país: la Administración Pública, la Justicia, y la consecuencia de estas dos, la corrupción. Y me basta con que me demuestren la voluntad de hacerlo, porque lo que se ha de hacer está clarísimo.