No puedo entender, ni creo que llegue algún día a entender, que en España haya mucha gente que se ofende si se dice la verdad, es decir, que España dista mucho de ser una democracia y que el Poder Judicial no solo no es en absoluto independiente, además está totalmente podrido.
Olvidando momentáneamente otras evidencias como las cargas policiales que nadie ordena y que acaban no habiéndose producido nunca, la frecuente actuación policial con fines políticos, las cloacas del Estado, la corrupción impune y un largo etc., las actuaciones judiciales por si solas constituyen una pruebe clara y contundente de que cualquier parecido entre España y una democracia simplemente no existe.
Aparte cientos de fallos no solo injustos, además incomprensibles, mientras los salvajes de la manada siguen en libertad se mantiene en prisión preventiva a quienes no se les ha podido probar ni uno solo de los delitos que se les imputa.
Dentro del desastre judicial basta con poner un solo ejemplo para poder calificar el Poder Judicial como corrupto y corrompido. El ejemplo que define por si solo la Justicia española es la juez Carmen Lamela, que si hubiese hecho lo mismo en un país serio y civilizado haría años que ya no sería juez y probablemente estaría en la cárcel, mientras en España ha sido ascendida de la Audiencia Nacional a la sala 2ª del Tribunal Supremo.
Aparte mantener a Sandro Rosell cerca de 2 años en prisión preventiva la juez Lamela tiene una larga lista de fallos que en un país serio serían considerados delito. Fue la que inició la aplicación de prisión preventiva a los del Procés, la que acusó de terrorismo a los jóvenes de Altsasu en la instrucción que acabó en otro juicio arbitrario y abusivo como el del Procés, rechazando pruebas evidentes de la defensa y aceptando pruebas falsas inventadas por la Guardia Civil, archivó las demandas por las preferentes de Caja Madrid, cesó y retiró la investigación de Abengoa en que Borrell estaba imputado, y la misma semana en que Rosell es absuelto por falta de pruebas retira todos los cargos y demandas a Florentino Pérez por el caso Castor. No se puede olvidar que cuando mantenía a Rosell y su socio Besoli en prisión el hijo de este último y a consecuencia de un accidente quedó impedido en una silla de ruedas y ni tan solo en este caso Lamela le autorizó a dejar la prisión por un plazo que le permitiese ayudar a su hijo en la recuperación. Esto pasa del concepto de odio para ser propio de enfermo mal nacido.
Está más que claro que los jueces españoles que alcanzan la cúpula de su carrera en los Altos Tribunales no lo hacen en base a su elevado nivel profesional sino a su nivel de obediencia al régimen del 78, su capacidad para saltarse todas las normas escritas o no para alcanzar los objetivos del régimen y su pertenencia a la Santa Mafia u otros grupos que representan el postfranquismo.
Por si las barbaridades y putrefacción de la Justicia no fuesen ya inmensas y la barbaridad socialista de Coripe no fuese suficiente, el gobierno de Aragón otorgó esta semana una medalla al fiscal Javier Zaragoza por su trayectoria profesional y, según Javier Lamban, el gran catalanófobo presidente socialista de Aragón, “porque con tus compañeros estáis actuando a una altura que nos enorgullece a todos los españoles” en clarísima referencia al juicio de la vergüenza. ….Y cada vez más cerca de la independencia, entre muchas otras cosas para no estar entre los que se enorgullecen de la deshonesta fiscalía del juicio de la vergüenza.
A propósito de Coripe, como que este país tiene una memoria sumamente corta me permito recordar que en 2011 y ante los incesantes y numerosos comentarios por parte de la pocilga mediática y política que los niños catalanes tartamudeaban y no se les entendía cuando hablaban castellano, a pesar que sacaban un promedio de nota en lengua castellana bastante por encima de la media de toda España, Artur Mas dijo que a los niños andaluces tampoco se les entendía cuando hablaban castellano y el volcán catalanófobo entró en tremenda erupción por el comentario hasta el extremo que Artur Mas acabó pidiendo disculpas por el mismo y, por supuesto, en el resto de España nadie pidió disculpas por las falsedades y los insultos a Catalunya, eso a pesar que en 2011 no había empezado todavía la explosión independentista porque el PP todavía estaba trabajando en provocarla.
Cuando ya estaba por publicar esta nota me entero que la U.E. ha clasificado los países en función de lo independiente que sea su Poder Judicial y España es el cuarto país, el problema es que es el cuarto empezando por la cola y solo supera a países como Bulgaria, Croacia y Eslovenia. Pero da igual, seguirá habiendo mucho idiota que no acepta la realidad.