Sin ser hombre de leyes, pero sí seguidor de los acontecimientos políticos, no encuentro ningún argumento para que se mantenga a Junqueras –también a los otros Consejeros y a los Jordis--, en prisión provisional, salvo que sea una cuestión de venganza.
El manejo de fiscales y de jueces por parte del PP, partido que podría ser nombrado el tótum revolútum de la separación de poderes, es constante, a pesar de su empeño en defender que existe separación cuando mezcla los tres poderes y pretende manejarlos a su antojo desde su gobierno. Así empezó todo con el Estatuto aprobado por todos y con la utilización del Tribunal Constitucional como censor máximo a su beneficio.
Y es que no han podido asimilar que, de nuevo, el independentismo haya obtenido mayoría de escaños, que ellos hayan conseguido la mayor derrota de su historia, y que a pesar de todo lo que ha ocurrido, los independentistas hayan alcanzado casi los mismos resultados que en las elecciones anteriores.
No se puede entender que la prisión preventiva, algo que se aplica en casos muy excepcionales se haya utilizado con Junqueras y los otros independentistas. Parece claro que el caso es seguirles complicando la vida y que, a pesar de haber ganado, tengan problemas para formar la mesa del Parlament y el Govern.
Ahí sigue Albiol, capitoste pepero, cuya xenofobia quedó clara cuando ejercía de alcalde de Badalona, cuyos ciudadanos le han premiado en estas elecciones catalanas con un 8%. Pero ellos siguen como si no hubiera pasado nada y además con ese odio acumulado por el resultado tan negativo de su candidatura.
Cuando hay condenados, o imputadísismos con juicio oral abierto por corrupción --del PP o próximos a él, que hoy esquían en Suiza o se mueven sin ningún problema y a sus anchas-- que a simples imputados políticos se les niega la libertad, probablemente por ser independentistas y porque “se han atrevido” a presentarse y salir muy airosos en las elecciones, es algo demencial.
El hecho de que su 155, más la actuación inhumana de las fuerzas policiales del 1 de octubre, la marcha de empresas fuera de Cataluña y la encarcelación de varios políticos independentistas no les haya dado resultado, en vez de corregir su actuación, les incita a seguir por la línea dura, con la lanza de la venganza por delante.
No sé qué paso será el siguiente que den, pero si todavía no han entendido que en Cataluña hay una mayoría importante en contra del 155, que son una mayoría muy amplia los que desean un referéndum acordado, que hay una mayoría grande en contra de la encarcelación de los políticos independentistas y que los independentistas no son cuatro gatos sino cerca del 50% y no se van a rendir, es que viven en otro mundo y son un peligro para todos. Aunque tengan más fuerza, apliquen la represión en vez del diálogo y utilicen los poderes del Estado a su antojo, no han entendido que lo único que están haciendo es crear mártires y terminarán desapareciendo en Cataluña. Eso sí, complicándonos la vida a todos.Salud y República