Justificaciones del libre comercio (II)

Publicado el 24 mayo 2012 por Eloy

Otra razón por la que "los países" podrían ganar en el comercio internacional, aparte de las diferencias tecnológicas,(i) es la diferenciación de factores que poseen los países. Así, todo país que posee una mayor cantidad de ciertos factores y que son específicos para el proceso productivo de ciertas industrias al interior del mismo, tendría ventajas comparativas en la producción de determinados bienes. Entonces, si un país tiene un factor específico, como la tierra en la producción minera, y en mayor cantidad que otros países; en tanto tiene una menor cantidad de tierra fértil para la agricultura, dada la posibilidad de realizar el libre comercio; este país se convertiría por conveniencia en un país exportador de productos mineros y en un importador de productos agrícolas. Aunque esto no implicaría necesariamente una especialización absoluta.Luego, cada país aumentaría sus posibilidades de consumo por encima de sus posibilidades de producción, ya que el comercio internacional, vía convergencia de los precios relativos de autarquía, conllevará a un mayor nivel de producción y por ende de exportación del bien cuya proceso se efectúa con el factor específico de cantidad más abundante de la que existe en otros países. Así, la mayor “riqueza” posible derivada del comercio internacional encontraría su explicación en las diferentes dotaciones que poseen los países de determinados factores específicos. En este modelo de Samuelson y Jones, está operando simultáneamente, un equilibrio mundial, un equilibrio de la balanza comercial y un equilibrio del mercado de trabajo en cada país (no existiría desempleo).(ii)Por ende, dado que los países poseen cantidades de factores específicos más que los otros, entonces el comercio internacional libre generará un mayor bienestar. Sin embargo, la cuestión real es que si bien “los países” pueden ganar no significa que al interior de cada país todos estén ganando, pues el proceso de convergencia de precios relativos conllevará a que un sector de la economía nacional, aquel en el que la economía posee una menor cantidad del factor específico, producirá una reducción de sus ingresos. Exactamente, los propietarios del factor específico del sector importador verán disminuir sus ingresos reales. Y lo más importante, no existe nada en el modelo que garantice un mayor bienestar de los trabajadores. Pues, si el proceso de convergencia del precio relativo conlleva a un aumento del precio relativo del bien que exportamos, el bienestar de los trabajadores estará sujeto a que el bien que importemos sea más importante en la canasta de consumo que el bien que exportamos. Caso contrario, el bienestar disminuirá.Bajo esta lógica, Krugman y Obstfelt afirman, en su clásico texto,(iii) que el efecto del comercio internacional sobre los ingresos de los trabajadores es ambiguo, en tanto este sea un factor móvil. Pero, lo que no afirman es que si la estructura de canasta tiene la misma característica tanto en el país como con el que se comercia, definitivamente en uno de los países los trabajadores verán disminuir sus ingresos reales. Una excepción sería que los bienes que se comercian tengan la misma importancia en la canasta de consumo de los trabajadores nacionales y extranjeros, lo que forzaría la realidad para justificar el libre comercio. En conclusión, esta justificación adicional del libre comercio internacional pasa por alto la posibilidad latente de una mayor desigualdad internacional en la distribución del ingreso mundial entre los habitantes de diferentes países.
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(i) Ver el anterior post, http://www.azkopeuk.blogspot.com/2012/05/justificaciones-del-libre-comercio-i.html.
(ii) SAMUELSON, Paul. International trade and the equalisation of factor prices. En Economic Journal, 58, 1948, pp. 163 - 184; JONES, Ronald. Factor proportions and the Heckscher - Ohlin Theorem. En Review of Economic Studies, 24, 1956, pp. 1 - 10.
(iii) KRUGMAN, Paul y Maurice OBSSTFELD. Economía Internacional. Teoría y política, 5ta. Edición, Madrid: McGraw - Hill, 2006, pp. 27 - 54. Lo mismo en el texto MARKUSEN, James et al. International Trade. Theory and evidence, Boston: McGraw - Hill, 1995, pp. 127 - 141.