Esta vez la escena no la protagoniza un tipo que ve como el bar que frecuenta está bañado de millones y a el no le ha tocado nada (pero al bajar a felicitar al dueño del bar se da cuenta de la generosidad del hombre). En la misma línea pero con personajes de animación, en esta ocasión nos encontramos una bonita historia protagonizada por Justino, vigilante de seguridad de una fábrica de maniquies... y todos sus empleados.
Justino se encarga de alegrarle la vida al resto de empleados colocando los maniquies estratégicamente por la fábrica, para diversión de sus compañeros... que poco a poco parecen recuperar cierta alegría... hasta que llega la noche de El Gordo de Navidad y el premio toca en la fábrica.
El resto del spot te lo dejo a ti. Creo que merece 2 minutos de tu tiempo