Foto: Xanetia.
La desidia, que algunos de nuestros jóvenes muestran ante la política o temas sociales, haciendo que parezca que no les interesa, ¿Podríamos ser nosotros su anterior generación los culpables de ello Pues yo lo tengo bastante claro SI
Mi generación, parece que tiene o ha tenido, un especial énfasis en querer olvidar, en el clásico “borrón y cuenta nueva”. Hemos pasado de estar oprimidos y faltos de todo tipo de libertad, tanto a la hora de hablar como a la hora de actuar, que muchos han optado por dar rienda suelta, a todo eso dejando a nuestros hijos, sin una medida, sin un referente.
Hemos querido darles, tanto que quizás se nos ha olvidado darles lo mejor. Y lo mejor pudiera ser, el trasmitirles la sensación,que teníamos cuando no podíamos expresar lo que sentíamos u opinábamos. Los sentimientos que se despertaban en nosotros cuando, luchábamos por algo que creímos justo, a pesar de su prohibición. Los que nos hemos arriesgado, tanto en los hogares, como en la calle, en muchos casos hasta el punto, de privarnos de libertad, encarcelándonos.
También, se nos ha olvidado trasmitirles, el gozo y la alegría de haber conseguido aquello por lo que hemos luchado durante años, y la recompensa, de ver como lo que hemos logrado, ha servido para que todos incluidos ellos, vivan en un mundo mejor.
Pero cuando digo esto, no me refiero a decirlo a la vez que les reprochamos, el que ellos no lo hagan, o echarles en cara, que tienen esto o lo otro gracias a nosotros, no, eso no es mi forma de pensar, ni creo que sea bueno, hacer de algo bueno una humillación hacia el otro.
Se trata, de explicar y hacer que reflexionen, en que la sociedad somos nosotros, y que funciona, evoluciona o se estanca, según nuestro comportamiento, si, eso que todos sabemos pero que se deja en manos de otros. Los valores que nosotros hemos tenido, y que a su vez no hemos sabido trasmitir a nuestros jóvenes, son de vital importancia, para el progreso de una sociedad, solidaria, justa y fuertemente reforzada en las libertades.
Hoy, muchos de nosotros, tenemos que ver con estupefacción, como cosas que ya creíamos conquistadas, retroceden y nos quedamos paralizados ante tal barbarie. Por poner un ejemplo, me referiré a la información. Vivimos en el tiempo de la tecnología, de la masificación de la información, no nos podemos quejar, de la cantidad de medios que hay hoy para acceder a ella. Sin embargo la esencia de la información que es la LIBERTAD Y LA NO MANIPULACION PARA SU FIABILIDAD, hoy más que nunca brilla por su ausencia.
Solo, entre tanto medio de información, difícil de controlar precisamente por la cantidad, alguna vez puedes encontrar algo escrito o dicho con libertad, y sin estar manipulada para lograr fines, generalmente políticos o económicos.
Nos hizo tan felices la llegada de las libertades que hemos querido “olvidar” que antes no las teníamos, consecuencia esta que nos ha llevado a que estas libertades se hayan ido perdiendo por no estar vigilantes y guardarlas. Es como cuando tienes unas excesivas ganas de conseguir una planta preciosa, cuando la consigues después de muchos sin sabores, la llevas a casa, pero…no la riegas, no la sacas al exterior para que tome aire, y poco a poco se muere, quizás porque no has dicho a tus hijos que la regaran por ti.
El olvido no siempre es bueno.