El periodista Carlos Fonseca, como siempre, analiza la realidad social que nos rodea con una visión progresista, que comparto de principio a fin. Sus reflexiones son certeras y escapan del pensamiento dominante, demostrando, con inteligencia e ironía, que aún hay voces críticas con un sistema vendido al capital y al beneficio empresarial. El movimiento “Democracia real ya” cobra fuerza día a día y ha logrado “colarse” en un campaña electoral anodina, poniendo sobre la mesa las demandas y reivindicaciones reales de la ciudadanía. Su indignación está dejando en evidencia a una clase política, sumisa al mercado y a la banca, pero alejada de las necesidades de las personas, a las que debería representar. Deseo que este movimiento se consolide, trabaje de modo cohesionado con visión de futuro, no pierda nunca la ilusión actual y se mantenga activo más allá de las elecciones del domingo. Creo sinceramente que el voto también es una palanca de cambio y transformación social, que debemos utilizar para canalizar nuestra indignación y nuestras esperanzas, máxime cuando a la izquierda real se le cierran todos los caminos, con una ley electoral antidemocrática que consagra el bipartidismo y unos medios de comunicación que censuran todo aquello que escapa a la ideología más conservadora y reaccionaria. Hoy, no voy a pedir el voto a nadie, porque cada quien debe decidir en libertad, pero es necesario pensar bien el sentido y las consecuencias del voto -y/o la abstención- porque después no cabe arrepentirse.
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