En nuestro segundo dia en esta ciudad milenaria camboyana, debiamos decidir si volvernos a pasear por la zona de templos o buscar una opcion diferente, y por suerte hemos decidido una muy correcta, visitar este pueblo de nombre irrepetible, y nos ha dejado boquiabiertos. Hemos llegado alli tras una hora de tuk tuk, y luego 20 minutos de barca conducida por un ninho de unos 12 anhos, todo el viaje ida y vuelta con la visita nos ha costado 20USD por persona, pero ha merecido la pena por ver una forma de vida que no habia visto en ese estado ni siquiera en los pueblos a la rivera del Amazonas. Viven en cabanas construidas sobre terrenos fluviales inundables, tan inundables, que las casas llegan a estar a mas de 12m de altura, estamos en temporada seca y todo eran caminos alrededor ademas del rio serpenteante, con las fotos sera mas facil de entender, ademas la suerte que hemos tenido ha sido encontrarnos con un ritual religioso poco comun en el pueblo y que consistia en que los monjes budistas y unas senhoras que los ayudaban, banharan a todo el pueblo con el agua del rio a la puerta de sus casas, nos ha dejado todo sin palabras, la gente era feliz sin nada mas a su alrededor que el rio, nadie nos ha pedido nada, nadie nos ha molestado, y ha sido toda una experiencia, y siempre con una sonrisa por parte de unos y otros.