Escribir es sacar de las sombras lo que sabemos. De eso trata escribir. No de lo que ocurre allí, no de qué clase de actos se realizan allí, sino del allí en sí. Allí, ése es el lugar y la meta de la acción de escribir. ¿Pero cómo llegar a ese punto?
(Karl Ove Knausgård, Mi lucha I: La muerte del padre, Anagrama, 2012).