Creo en los cambios, en el destino, en lo eterno y divino que rige nuestros pasos; pero creo también en que todos tenemos que pasar por procesos que nos ayuden a sacar lo mejor de nosotros mismos. Veo con tristeza que el panorama actual de México es un reflejo de nuestra propia consciencia, de nuestra propia incomprensión ante los tiempos que estamos viviendo.
¿Hacia donde estamos dirigiendo nuestros pasos? ¿Está actuando la inmediatez de nuestra materialidad impulsada por los destellos de un nuevo despertar o los simples impulsos reprimidos por años? ¿Nos estamos guiando por la memoria histórica de represión o buscamos el pretexto para continuar con el ciclo de guerras y enfrentamientos de cada 100 años? ¿Es una necesidad o una deuda con el karma que hay que saldar?
Miles de interrogantes invaden mi mente: ¿Karma, rebelión o evolución en México?
Pido la serenidad para nuestros espíritus y las bendiciones para todos los partícipes de esta nueva generación que busca caminos alternos para reescribir la historia...
Que la Gran Madre llene de entendimiento a sus corazones. ¡Vive espiritual!