Era una bella muchachita, algo tímida, muy inteligente y apariencia retraída.
Supo asumir con la reciedumbre que su madre le contagiaba los avatares de los cambios de familia y entorno social y sus estudios en Valencia, España.
Ha sido brillante en sus carreras y estudios de Comunicación Audiovisual, Periodismo y Filología inglesa, de manera que es una de las más acreditadas profesionales de la capital del Turia.
En esta fecha procede, es justo, celebrar su cumpleaños, en esa espléndida juventud suya que va alcanzando fructífera madurez, junto al hombre que le complementa solícito y le permite brillar en la vida familiar y social.
Felicitaciones a Katia y a su maravillosa madre, Tamara, porque ellas dos han logrado hacer feliz a mucha gente, entre la que me incluyo como privilegiado.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA