Tomen asiento. Abróchense los cinturones. Profesionales sanitarios en sus puestos. Rumbo a “cualquier futuro es bueno si puedo trabajar“.
Atrás se queda la familia, amigos, casa, sabores favoritos, recuerdos, un idioma y sueños por cumplir.
Mientras el gobierno mira hacia otro lado y las Universidades continúan fabricando profesionales de enfermería y medicina para exportación, el futuro de la sanidad española se esfuma en un vuelo low cost bajo el lema “Keep Calm and Leave Spain” .
España sigue en la UCI, sobrevive a los recortes con un pulso débil. Con una sonda nasogástrica por el norte y una vesical por el sur, con una vía periférica a punto de extravasarse y conectada a una fuente de oxigeno 24 horas para poder respirar. La salud junto con todos sus profesionales se ve deteriorada y ya no admite más errores.
Desde las facultades ya nos enseñan a dedicar el mismo tiempo de estudio a la asignatura de anatomía que al inglés, pues seguramente esta última sea la materia más importante de la carrera en la actualidad, la que te abra una puerta a un mercado laboral a veces difícil de pronunciar.
Comparto prácticas en Urgencias con estudiantes de enfermería y técnicos en emergencias sanitarias que están a punto de salir, y lamentablemente no tendrán cabida en este sistema, por lo menos hasta dentro de muchas lunas y ya veremos en que condiciones.
Conozco compañeros médicos con distintas especialidades que no encuentran trabajo y optan por marcharse al extranjero o repetir nuevamente el examen MIR para conseguir un contrato que les de estabilidad laboral por 4 o 5 años otra vez como residentes.
Una tasa de paro insostenible junto con una política de recortes a todo nivel, empujan diariamente a muchos profesionales a abandonar el país.
La crisis vende maletas en el Corte Inglés con jamón serrano envasado para el camino.
Y salir no es fácil, lo sé por mi historia vital. Aunque estés ilusionado y vivas nuevas experiencias, también tendrás esos días malos, de noches tristes y almohadas mojadas, con irresistibles ganas de dejarlo todo y regresar a casa, de tocar a los tuyos y pronunciar palabras que nunca debiste archivar en el olvido. Si logras aguantar estos naturales impulsos, en un futuro cuando regreses te darás cuenta que el tiempo pasó y seguramente a ti te cambió. Ampliaste tu zona de confort y ya tus recuerdos no serán como tu presente.
Todo cambio cuesta y adaptarse rápidamente en estos tiempos no es sólo una necesidad sino una obligación.
Espero que los profesionales sanitarios que decidan irse, encuentren su sitio dondequiera que sea, porque os aseguro que hay vida más allá de tu barrio o ciudad. Y si algún día deciden regresar, deseo que el gobierno formule alguna política que favorezca el retorno de estos profesionales formados en España y que tendrán una experiencia en el extranjero que seguro enriquecerá y mejorará nuestro sistema sanitario, porque una crisis es siempre una oportunidad y también hay que saber aprovecharlas.
Buena suerte y “Keep Calm and Be Happy“.
{Con Tinta de Médico, JM Salas}