Ellos lo pegaron todo durante una semana en el rincón y luego lo colocamos sobre la base que yo había pintado. Nos quedó así:
Y una semana después llegó el momento de elegir nuestra obra favorita entre algunas alternativas. Lo anoté en la asamblea y en el rincón de arte pintaron el fondo de su obra. La línea del suelo la dibujé yo con lápiz y luego se la repasé con témpera negra.
Después les dí la silueta que habían escogido y elegían también la técnica para rellenarla: celofán, gomets, papel de seda, papel charol o témpera.
Y así de bonito quedó su trabajo.
Para mí como maestra fueron unas semanas preciosas porque ví que los niños disfrutaron mucho. Ellos estuvieron muy motivados y lo pasaron muy bien realizando cada una de estas actividades. Y como objeto de trabajo Keith Haring resultó totalmente apropiado para la edad de 3 años, para integrar la psicomotricidad en un pequeño proyecto de arte y para poder dar libertad a los alumnos a la hora de elegir obras y técnicas.