El asunto da para la polémica... El peridista Maximiliano Tomas tituló "A Favor de los Caprichos del Artista" su columna en el diario Perfil, argumentando una defensa del músico, que parece que igual dió un concierto brillante, como siempre...
Me acuerdo que otro al que no le gusta que le saquen fotos es Robert Fripp, y se le había complicado bastante una vez en el Prix D'Ami de Monroe. Con las fotos y con el humo de los cigarrillos también...
Antes la publicidad gráfica y hasta las entradas de los recitales decían "prohibido el ingreso con grabadores y cámaras fotográficas"... Eso ahora es imposible: Las filmaciones y las fotos las hacés con el teléfono.. ¿Te van a hacer un cacheo y lo vas a tener que dejar en la entrada?...
Entiendo y estoy de acuerdo con Jarrett en lo conceptual... Justamente hace conciertos de improvisaciones de piano para crear un momento único e irrepetible, que alcanza el punto máximo en la comunión con el público... El que va a verlo debería aceptar esa condición, y participar con gusto de la ceremonia...
Pero también lo que pide es cada vez menos posible, y es una pena que la pase mal en lugar de tratar de entender que las cosas han cambiado mucho, demasiado. Una vez que hay unas cuántas personas ya no podés controlar que nadie filme, se hizo una costumbre.
Es como el músico que lucha contra el download de sus discos: Puede hacer todo lo técnicamente posible para que desaparezcan los links de descarga, además de pedirle a sus fans que compren el original... ¡Es más, es posible que la mayoría lo haga!.. Pero siempre habrá otros que lo bajen... ¿Van a exigirle al público que vaya a comprar los tickets con el disco 'en mano'?...
Personalmente no me gusta filmar o sacar fotos cuando voy a un evento o en las vacaciones... ¿Voy a disfrutar o a filmar?. De todas maneras el 'souvenir' se hizo tan habitual que opté por un término medio, y en algún momento grabo algo...
Mirá como será cuestión de usos y costumbres, que cuando Fripp pedía que no fumemos, muchos decían "¿Qué le pasa al quisquilloso éste?", y ahora con la nueva ley directamente no se puede fumar en lugares cerrados, y a nadie se le ocurriría prender un cigarrillo, ya no por molestar a Fripp, sino a cualquiera...
Resumiendo, no creo que a ésta altura Keith Jarrett tenga mucha intención de cambiar y dejar de lado los caprichos, así que es más fácil que su público sepa que es medio hinchapelotas -con todo respeto- y decida si quiere ir a verlo o no.
Una crónica del recital.