La ciudad motorizada de Detroit, vio nacer a Kenneth Earl Burrell a comienzos de la década de los treinta. Desde muy temprana edad se inicia en el arte de las seis cuerdas, dado que se cría en el seno de una familia con un amplio currículum musical. A principio de los cincuenta y con apenas 20 años, debuta con sus primeras grabaciones, muy influenciado por guitarristas extraordinarios como Django Reinhart, Charlie Hayden o Wes Montgomery.
En lo que no tenemos ninguna duda es que Kenny contó para la grabación de este magnífico álbum con una estelar banda de acompañamiento, integrada por el gran saxofonista tenor Stanley Turrentine, por el contrabajista Major Holley, Jr, con Bill English a la batería y con el espectacular toque latino que impregnó a este disco el percusionista Ray Barreto a las congas. Producido por Alfred Lyon, el elepé original salió a la luz con siete temas, agregándose dos más en la edición remasterizada de 1998.
“Mule”, con algo más de seis minutos de duración, es una delicia y nos sorprende la calma con la que ejecutan este blues. Seguidamente, “Soul Lament”, una triste pero bellísima interpretación de Burrell. Continúan con “Midnight Blue”, pista que da título al álbum, con un apoteósico guitarreo de Kenny Burrell sólo a la altura de los más grandes.
A nuestro juicio, Kenny Burrell es una parte esencial de los mayores talentos que el jazz ha dado en los Estados Unidos, que ha deslumbrado al público como un guitarrista único y un trabajador incansable. Nos obsequió con un magistral disco de blues y se situó como un músico admirado y respetado en todo el mundo.
Actualmente, a sus 82 años, continúa deleitándonos con su música y con el particular sonido que logra sacar de su Gibson. Simplemente, genial.