En la segunda mitad de la década de los ochenta alcanzó el estrellato gracias a su participación en cintas como “Silverado” (1985) y en largometrajes ambientados en el mundo del béisbol, como “Los Búfalos de Durham” (1988) y “Campo de sueños” (1989). También en esa época intervino en “Los intocables de Eliot Ness” y “No hay salida” (ambas de 1987).
En 1990 debutó con éxito en la dirección cinematográfica con la ya citada “Bailando con lobos”, logrando la estatuilla dorada de Hollywood a la mejor película y revitalizando el género del western. Él mismo se alzó con los galardones a mejor director y mejor productor. Durante ese período cosechó sus mayores logros de taquilla, popularidad y reconocimiento. Participó en “Revenge” (1990), “Robin Hood, príncipe de los ladrones” (1991), “J.F.K. Caso abierto” (1991) -siendo nominado al Globo de Oro-, “El guardaespaldas” (1992), “Un mundo perfecto” (1993), “Wyatt Earp” (1994), “Waterworld” (1995), “Tin Cup” (1996) -candidato también al Globo de Oro-, y “Entre el amor y el juego”.
Del nuevo milenio cabe destacar “Trece días” (2000) y “Open Range” (2003), aunque tanto sus apariciones como la repercusión de sus films se han reducido. Entre sus últimos títulos figuran “El hombre de acero” (2013) o “Figuras ocultas” (2016)
Escena de "Bailando con lobos"
Escena de "Los intocables de Eliot Ness"
Escena de "J.F.K. Caso abierto"