En Jorasán, Persia, muere en 1126 el poeta Umar Khayyam. Nacido en Nishapur a mediados del siglo XI, era conocido sobre todo como matemático y astrólogo. En 1074, el soberano selyúcida Lalik Sha le había puesto al frente de una comisión de sabios encargada de estudiar la reforma del calendario. Khayyam, autor de numerosas obras de carácter científico, impidió a lo largo de su vida que se conocieran sus textos poéticos. Sólo después de su muerte salieron a la luz. Este hecho dio lugar a especulaciones en cuanto a la verdadera paternidad de los setecientos cincuenta poemas que se le atribuyen, de los cuales, en opinión de los especialistas, apenas ciento cincuenta pueden adjudicársele con absoluta seguridad. Su obra poética, que toma la forma de las Rubaiyyat (cuartetas), encaja plenamente dentro de la literatura árabe y ha sido traducida a casi todos los idiomas. En sus cuartetas, Khayyam canta los placeres carnales, la vida fácil y despreocupada, y especialmente el vino. ******
- "Vive plenamente mientras puedas y no calcules el precio".
- "Si los amantes del vino y del amor van al infierno..., vacío debe estar el paraíso".
- "He aquí la única verdad. Somos los peones de la misteriosa partida de ajedrez que juega Alá. Él nos mueve, nos detiene, vuelve a empujarnos, y al final nos arroja, uno a uno a la caja de la nada".
- "No te ilusiones con tu riqueza y tu belleza, puedes perderlas; aquella en una noche, esta en una fiebre".
- "A nadie pedí la vida. Me esfuerzo por aceptar, sin júbilo ni rabia, todo lo que la vida ofrece. Partiré sin preguntar al prójimo acerca de mi curiosa permanencia en este mundo".
- "Puesto que ignoras lo que te reserva el mañana, esfuérzate por ser feliz hoy. Coge un cántaro de vino, siéntate a la luz de la luna y bebe pensando en que mañana quizá la luna te busque en vano".
- "Entre la fe y la incredulidad, un soplo. Entre la certeza y la duda, un soplo. Alégrate en este soplo presente donde vives, pues la vida misma está en el soplo que pasa".
- "Un jardín, una cimbreante doncella, un cántaro de vino, mi deseo y mi amargura: he aquí mi paraíso y mi infierno. Pero, ¿quién ha recorrido el cielo o el infierno?"
- "Todo es un tablero de ajedrez de noches y días, donde el destino, con hombres como piezas, juega: Acá y acullá mueve, y da jaque y mata, y uno por uno, vuelve a ponerlos en la caja".
- "¡Qué mezquino el corazón que no sabe amar! Si no estás enamorado, ¿cómo puedes gozar con la deslumbrante luz del sol o la suave claridad de la luna?"
- "Lámparas que se apagan, esperanzas que se encienden: la aurora". "Lámparas que se encienden, esperanzas que se apagan: la noche".
- "A pesar de la felicidad que tuvimos, no adoro el pasado. ¡ Es tan honda la dulzura del presente!"
- "No dudes de disfrutar del vino y de las mujeres, pues tarde que temprano tendrás que dormir bajo la tierra, y no le cuentes esto a nadie. La Amapola marchita no vuelve a florecer."