"For there's many more tears on the sunrise
And now we must eat those tears"
(ESPAÑOL ADELANTE) Killing is easy, too easy. A single person can cause a huge amount of pain and destruction and there have been precedents in our recent history which should not make us feel so surprised at the recent news about a massacre. In a war, it is expected. In certain countries, it may be expected. But maybe not in Norway. The thing is that we cannot deal with the unexpected as a society, because too much zeal for security will make fear settle down in our lives and will drive us all paranoid. Nevertheless, we must combat the reason why such acts of violence occur. In my view, modern democratic societies should revise the concept of freedom applied to the political and social system. There is and should be freedom of speech; there is and should be freedom of association, but no speech and no association encouraging and inciting hatred against other human beings should be accepted as a democratic value. All evil starts at the action of parties, organisations, churches and individuals who spread their messages of racism, intolerance, fascism, homophobia and the like in public for a fistful of votes under the naivety of a system which must once and for all fight these ideas back. Democracy does not mean everything is valid.
There is one criminal and only one person will be judged, I'm afraid. But, don't you think his motivation can be attributed to a large number of people who helped the Norwegian criminal harbour the hate through years and years of indoctrination?
On Friday 22nd July 2011, a 32-year-old Norwegian killed in cold blood nearly a hundred people by exploding a bomb in downtown Oslo and starting an indiscriminate shooting at a campsite in the island of Utoya where young socialdemocrats were holding a meeting. Rest in peace.
Matar es fácil, demasiado fácil. Una sola persona puede causar tanto sufrimiento y tanta destrucción como un batallón entero. Pero ha habido precedentes en nuestra reciente historia como para ahora sorprendernos por una masacre de tal magnitud. Ocurre que, si fuera una guerra, sería previsible. En ciertos países no nos sorprendería. Pero en Noruega, como que no. La cuestión es que no podemos actuar ante lo inesperado, a no ser que nos obsesionemos por nuestra seguridad de tal manera que vivamos continuamente atemorizados y al borde de la paranoia. Sin embargo, debemos combatir las causas por las cuales suceden estos actos violentos. En mi opinión, las sociedades democráticas modernas deberían revisar qué significa el concepto de libertad en sus sistema político y social. Es verdad que hay libertad de expresión y de asociación -nadie dice que no debería haberla-, pero ningún discurso ni asociación que fomente e incite al odio hacia otro ser humano debería aceptarse como democrático. El mal comienza a crecer en el seno de partidos, organizaciones, iglesias e individuos que difunden sus mensajes racistas, intolerantes, fascistas u homófobos en público y por un cochino puñado de votos gracias a la ingenuidad de un sistema que, de una vez por todas, debe pasar a la acción y defender la democracia de los ataques que sufre desde dentro. La democracia no significa "todo vale".
Sólo hay un criminal y me temo que solo será juzgada una persona. Pero, ¿no creen que la motivación de sus actos se le puede atribuir a un gran número de gente que ayudaron a que la cabeza del criminal noruego albergara el odio necesario durante años y años de adoctrinamiento?
El pasado viernes 22 de julio de 2011 un noruego de 32 años asesinó a sangre fría a casi un centenar de personas haciendo estallar una bomba en el distrito ministerial de Oslo y realizando un tiroteo indiscriminado en un campamento de jóvenes socialdemócratas en la isla de Utoya. Descansen en paz.
Enlaces/Links:Antony and The Johnsons official website: www.antonyandthejohnsons.com