Que se reuna la alineación original de tu banda favorita es un regalazo.
Que se las arreglen para estar al nivel de sus trabajos anteriores es un lujo in excelsis.
Que la intensidad de ese nivel destruya, una vez más, a sus tributarios, a bandas de la mitad de su edad, y a tí, es aterrador.
Todo un recordatorio de cuanto nos falta lograr.
Porque la vejez nunca debe ser sinónimo de complacencia.
Sobre todo si realmente has aprendido algo durante tus años.
Este disco arde.
Arrodíllense y respeten.
Bienvenidos!
Carpe Nocturno