Kimpira, comida macrobiótica en Valencia

Por Lapastanoengorda

Holi tetes y tetas. Hoy voy a fingir que soy Valenciano ¿vale?

Este pasado finde estuve con varias personas que son lo más por Valencia, haciendo el cafre y tal. Uno de los sitios donde comí me lo recomendó mucha peña, se llama Kimpira y es macrobiótico, está muy cerquita de la plaza del ayuntamiento y es bastante recomendable.

Llegamos a comer a las cinco, horario de cenar de los guiris y afortunadamente estaba abierto, la decoración es muy guay, ladrillo visto blanco y lámparas recargadas de cristal, a mí personalmente me gustan más las de plástico, pero bueno, lo importante es la comida. No pedí sopa de miso a pesar de la insistencia de la gente en que la probara, así tengo que volver. Lo siento por las fotos, son un poco chungas pero llegamos con un hambre considerable dadas las horas y apenas tuve un par de segundos para hacerlas antes de que mis amigos se abalanzaran sobre los platos.

La carta tiene una redacción de lo más apetitosa, utilizan palabras como burbujeante para acompañar al tempeh, quien lo escribió sabía lo que hacía aunque en realidad no burbujeaban, por que el tempeh no burbujea. También describen algunos de los platos como: suculenta hamburguesa y ópera prima a pesar de que nadie cantaba.

Uno de los platos que pedimos eran crujientes de nosequé, me sorprendió al morder que estaban rellenos de dátil, no se me había ocurrido meter dátiles dentro de algo que no fuera un postre ya que no soy muy de dulce, pero la verdad es que estaban ricos.

La foto de portada es el tempeh, cojonudo la verdad, llevaba boniato por encima y ensaladita, que siempre se agradece, todo muy bien presentado con un pan de lentejas acompañando que duró aproximadamente 15 segundos.

La korn burger, hecha de polenta y tofu ahumado también estaba muy rica, yo hubiera puesto burbujeante en este plato en lugar del tempeh por que se puede asimilar más. Este plato viene con aros de cebolla, de los de verdad, no de los que vienen congelados y eso se agradece que flipas. También trae yuca, alimento que le encanta a mi amiga con la que comí, que es celiaca pero el finde hizo como que no lo era para mimetizarse, cada uno con lo suyo.

Como dato final, diré que el camarero me llamó borde. Por la noche fui a cenar a otro sitio del que no hablaré por este artículo.

Muak.