Duración: 1hora 21minutos
Productora: Buffalo Pictures House
→ Lo mejor: -La naturalidad con la que trata la adolescencia más problemática.
→ Lo peor: -Todos los tópicos malos del cine independiente.
Después de mucho tiempo de retraso, os traeré una por una todas las críticas pendientes, empezando por las películas que vi en la tercera y majestuosa edición del Americana Film Fest, que como me ocurrió el año anterior empezó algo floja ( Kumiko) para acabar por todo lo alto.
Mi primera incursión al cine independiente americano este año empezó con King Jack, una película realmente independiente, de esas que beben de todos los tópicos indies, y cuando digo todos son todos, demasiado postureo del malo que le resta calidad a una historia que está bien dirigida pero no del todo bien enfocada.
Si King Jack tiene una cualidad, es como el director trata de una forma tan natural temas tan delicados como la conflictividad de un adolescente en un barrio pobre, es fascinante como un tema tan delicado no es abultado ni dramatizado, sino tratado como si nosotros fuéramos el joven Jack, me encanto esa sencillez absoluta de algo tan complicado.
Lástima, como decía anteriormente que tenga esas ansias de etiquetarse como película indie y caiga en todos los errores que estas cometen, provocando en varias ocasiones una sensación de pesadez extrema, a causa de sus alargados silencios y planos típicos (deben regalar a todo director independiente una carpeta con escenas de planos para hacer una peli indie).
No nos dejéis engañar por la sencillez y la naturalidad, King Jack es una dura película sobre como debe sobrevivir un adolescente su crisis de identidad, el acoso constante que empieza desde dentro, la amistad verdadera, el amor equivocado y la curiosidad hormonal, puede que no conmueva constantemente pero agradezco al director que pase de buscar la lágrima fácil y nos muestre el punto de vista a través de dos críos con menos experiencia que barba.
Puede que el final no sea el nuevo continente, incluso puede que el desenlace se desvíe de la tónica general, pero da la sensación que el director se ha cansado de hacer sufrir al personal y quiera darle un motivo para sonreír, tal vez el director es un romántico de los finales felices y no quería una película más amarga que el pomelo.
En definitiva, inicié mi aventura en el Americana Film Fest con una cinta al más puro estilo indie, y esa misma identidad excesivamente marcada es su mayor defecto, quitando interés y entretenimiento a una forma realmente "agradable" y simpática de contar una historia tan cruel como común en zonas humildes.