Está claro que cuando un producto llega a las grandes masas sus creadores están, para bien o para mal, expuestos a su público. George R. R. Martin lleva años lidiando con sus fans y la presión para publicar más rápido las entregas de su saga Canción de Hielo y Fuego. Es conocido el tiempo que el autor se toma entre libro y libro, que si bien al principio fue más corto se ha ido ampliando. La primera entrega, Juego de Tronos, apareció en 1996 (las fechas son de su publicación original en Estados Unidos), seguido de Choque de Reyes en 1998 y Tormenta de Espadas en 2000, es aquí cuando empiezan a espaciarse publicándose Festín de Cuervos en 2005 y Danza de Dragones -la última entrega por ahora- en 2011.
Se creía que el siguiente libro, Vientos de Invierno, estaría listo para publicar este año 2015, pero recientes noticias lo han desmentido confirmando que su publicación no será hasta 2016. Son muchos los fans que siguen al escritor desde sus comienzos, pero son muchos más los que poco a poco se han unido y leído sus historias a raíz del estreno de la serie Juego de Tronos en 2011, fans que se suman a la presión para que el escritor acabe su saga de siete libros de una vez. Y los rumores sobre la delicada salud de Martin no ayudan a eliminar el miedo de los fans de quedarse sin saber como acabará la historia.
George R. R. Martin no es el único escritor que se ha visto sometido a la presión de sus fans. Hace unos años J. K. Rowling, creadora de Harry Potter, llegó a decir que no se veía con fuerzas para acabar la saga del joven mago debido a todas las expectativas que los fans habían puesto en los libros. Rowling escribió los cuatro primeros libros antes de que se estrenaran las películas, estos fueron los que engancharon a sus seguidores originales que luego se verían acompañados por los que conocieron a Harry Potter a través del cine. Y con el aumento de los fans la presión también subió, porque lo que había sido una saga literaria con gran éxito se convirtió de repente en un fenómeno de masas, algo similar a lo que ha pasado también con Canción de Hielo y Fuego.
Tenemos que reconocer que no es fácil mantenerte fiel a tu creación con los continuos murmullos de los fans a través de internet y redes sociales. Y con cada año que pasa esa presión es mayor, porque antes los autores sólo sabían de la opinión de los fans a través de alguna carta que recibían o en firmas, pero ahora con todo el entramado de redes sociales es prácticamente imposible mantenerse alejado de las críticas, expectativas, insultos o alagos dirigidos hacia el creador de algo, sea un libro, una película o una canción.
Como fans, debemos asumir que un autor no está realmente obligado a "entregarnos" aquello que queremos leer, que la obra es 100% suya y hará con ella lo que quiera. Como si no quiere acabarla (aunque aquí ya entraríamos en materia de contratos con las editoriales y demás). La presión a la que se ve sometido Martin viene de lejos y ya incluso fue una vez comentada por otro escritor, Neil Gaiman, que declaró "que un escritor sólo se debe a su obra". Puede sonar mal, es verdad, porque dicha obra se ha hecho famosa gracias a los fans, pero si el escritor se somete e intenta contentar a los fans, la obra ya no será la que él o ella había pensado en un principio y perderá todo su valor. Las ideas pueden evolucionar, pero un escritor debe ser fiel a la idea que tiene en su mente y mostrarla al público cuando crea que es el momento. Las prisas nunca son buenas, sólo cuando el escritor está satisfecho con lo que ha escrito es hora de publicar (a no ser que como he dicho antes haya algún contrato por medio, pero eso ya son otras historias).
Además, Juego de Tronos se ha encontrado también con otro problema con sus fans, los fans de los libros versus los fans de la serie. La batalla sin final de si la serie adapta correctamente los libros o si se está tomando demasiadas libertades. Creo que aquí tendría tema para otra entrada que puede que algún día me decida a hacer.
En fin, la verdad es que la presión de los fans a George R. R. Martin no es nada nuevo, lleva años sufriéndola, pero no por ello debemos asumir que es normal y qué se le va a hacer. Como fans podemos desear que algo llegue cuanto antes y a ser posible que sea como nos gusta, pero debemos asumir también, que como fans, no tenemos ningún derecho real sobre esa obra y que es el autor en última instancia quien decidirá cuando y cómo, nos llegará su obra. Mientras tendremos que esperar, tranquilamente.