Kitai (2015) Sala El Sol. Madrid

Por David Gallardo @mercadeopop
Lugar: Sala El Sol. Madrid
Fecha: 13 noviembre 2015
Asistencia: 400 personas
Artistas Invitados: 51 grados
Precio: 10 euros
Músicos Kitai: Alexandrevich Mel Jr (voz y guitarra), Fabio Yanes (bajista), Edu Venturo (guitarras) y Deivhook (batería)
Setlist Kitai: Sur / abduccion / el enemigo / número 1 / Luz Artifical / Sientes el golpe / La rueda / H2O / Cadáver exquisito / V3TA / Ani / Kitai / rebelión / melodrama / Chik¡nouva / Superior
Ya llegan
Día muy grande para Kitai y todos los que necesitamos desesperadamente creer en algo. La Sala El Sol hasta la maldita bandera para celebrar el advenimiento de 'Que vienen', el primer desafiante largo del grupo, repleto de furia, ira, intensidad, bilis. Un martillo pilón que ríete tú del que agitaba Thor. O el de Atila, si acaso lo necesitara para afeitar el cesped a su paso con los Hunos. Si hay que ser de alguna secta, me pido Kitai.
Y no puedo por menos que comentar el momento confuso, pues estar en un concierto y enterarte de que han asesinado a sangre fría a los asistentes a otro concierto es ciertamente desesperante. Admito que en ese momento me desconecté de mis queridos Kitai, lo cual por otro lado es exactamente lo que esos hijos de puta pretenden con su mierda de terrorismo. Cuesta proseguir cuando uno va a tantos conciertos al cabo del año y siente repentinamente que estamos en el punto de mira (qué tontería, ya lo sabemos, pero afrontarlo en seco cuesta).
Pero retomemos: Kitai. Ya las colas en la calle Jardines daban buen rollo, ambiente de que 'the next big thing' estaba aconteciendo ante nuestros ojos. Ir a un concierto es un ritual que debemos mimar, pues conlleva muchos sentimientos. Un día de concierto es un día necesariamente especial (el día que no sea así, cierro el garito), pues es una celebración de la vida y una conexión que no necesita de verbos ni de sujetos ni de predicados. En todo caso precisa de gerundios porque está pasando.
Y Kitai es la banda del momento en Madrid. De ese Madrid que late que palpita que se menea que folla. No el de los grandes titulares, el de nosotros. Porque Kitai es pasión es fulgor es centelleo es resplandor. Así, sin comas, porque es como una pedrada a traición en tu nuca. Es exactamente lo que está pasando y, en su desesperación por conectar a vida o muerte, alumbran los oscuros recovecos de esta ciudad a todas luces hostil. Y hostiable también.
Tras la contundente descarga de los teloneros 51 grados, stoners hard rockeros en ciernes ellos, Kitai toman el escenario con toda la virulencia que cabe esperar de su impaciencia por quemar las calles. Suenan 'Sur' y 'Abducción' y la Sala El Sol, ya de por sí del revés, da una imposible vuelta más sobre sí misma en un demente retruécano para reconfirmar que lo que está pasando efectivamente está pasando.
Si no lo sabes, te lo cuento en un párrafo: ahí está Alex rompiéndose la camisa como Camarón a pesar de recordar a Ian Curtis, con Edu Venturo rasgando sus cuerdas con desparpajo y desprejuicio. Dominando su parcela del escenario también anda Fabio Yanes sorprendiendo al personal no iniciado con su loco funkeo en plan Flea de los Red Hot Chili Peppers. Y desde el fondo, Deivhook marcando el ritmo marcial hasta el precipio donde los sentimientos se desbordan.

FOTOS DE PATRICIA CANO

En el fondo de la sala, la hinchada de Carabanchel comenta que si Muse, que si los Peppers, que si Rage Against the Machine, que si Radiohead. Hay que nombrar y hay que etiquetar para que escribir sobre música tenga sentido y no estemos perdiendo el tiempo. Para que tú que lees esto pienses 'hummm esas bandas me molan, ergo, voy a escucharles'. Así funciona la película, pero lo suyo es que escuches las siguientes que tocaron, 'El enemigo', 'Número 1', 'Luz artificial', 'Sientes el golpe', 'La rueda' y 'H2O'.
Porque la pegada de Kitai es contundente y retumba durante días. Una banda que lucha por hacerse escuchar y que merece ser escuchada. Y que en directo sorprende por su talento interpretativo y por su inabarcable versatilidad. Con un panorama musical en el que triunfan bandas que no saben cantar que apenas saben tocar y que no son más que una pantomima de postal, Kitai aportan la carne, las vísceras, la chicha. Y se arrancan el corazón y lo ponen encima de tu mesa mientras cenas. No te atrevas a apartarlo.
Como el secreto a voces que son, tienen al público en sus manos y lo sodomizan mientras se relamen con 'Cadaver exquisito', 'V3TA' y 'Ani'. Y lo acarician perversamente en ese baladón de autoafirmación que es 'Kitai' (la canción). Y después te repatean el culo con 'Rebelión', 'Melodrama', 'Chik¡nouva' y 'Superior'. Y la que montan es tal que incluso consiguen que haya cobertura para los móviles en la barra del fondo de la Sala El Sol, desde donde cómodamente acomodados rumiamos lo de Eagles of Death Metal mientras nos ilusionamos con la respuesta del público ante Kitai.
Todo lo que nos están vendiendo tiene un alto componente de farsa. Apenas un par de grupos indies sobrevivirán y no seremos capaces ni de contarles a nuestros hijos qué música triunfaba en 2015. Todo se tergiversará para que se recuerde parcialmente, como ocurre con la dichosa Movida, que arrincona vilmente al rock urbano que realmente sí palpitaba. Kitai no forman parte de movimiento alguno, pero están milicianamente decididos a meterte el dedito en el ojo y a susurrarte en la oreja. Qué vienen. Ya llegan.

FOTOS DE PATRICIA CANO