A lo tonto, y con grandes discos, los murcianos Klaus & Kinski se han convertido en uno de los grupos con más seguidores de nuestro indie patrio – ayer me compré el disco por iTunes y pude comprobar lo bien que se está vendiendo -, y la verdad es que me parece estupendo. Y es que ya era hora de que nuestra música indie se renueve, y sean los nuevos grupos los que encabecen festivales y ocupen las listas de lo mejor del año. Yo personalmente estoy harto de ver a los mismos grupos de siempre en las letras grandes de festivales como el Sonorama o el Comtempopranea (¿queda alguien que no haya visto a La Habitación Roja seis veces?), sobre todo habiendo grupos tan interesantes como Triángulo de Amor Bizarro o los mismos Klaus & Kinski. Un poco de renovación no viene nada mal.
Herreros y Fatigas es el tercer trabajo de la banda murciana, y supongo que será el que les ayude a encabezar esos festivales que comentaba antes, ya que tiene pinta de que va a ser un gran éxito, y además, no tiene ningún desperdicio.
Alejandro Martínez y Marina Gomez Carruthers vuelven a dar muestra de su enorme eclecticismo, y nos volvemos a encontrar con un álbum en el que hay de todo. Tenemos indie-rock, synth-pop, algo de folclore nacional, e incluso algo de krautpop – enorme esa Contrato -, todo bajo su particular e irónica mirada, y tocando temas tan actuales como las pensiones o el paro.
Evidentemente, las cosas que más chirrían a sus detractores, siguen estando ahí. A mí personalmente me ha costado acostumbrarme a la voz tan horrorosa de Maria, y no soporto los temas mas folclóricos - en este caso Sacrificio y Buceador -, pero afortunadamente, en este trabajo son los que menos. Y es que el disco tiene uno de esos comienzos brutales en los que cualquier canción podría ser un single; La Duda Ofende, Contrato y El Día de los Embalsamados nos dejan ver la cara más electrónica y synth-pop de la banda, nada más comenzar el álbum, y son lo mejor del disco junto con las fantásticas Ojo por Diente y Dos Males Tienes – aquí vuelven a tirar de OMD como en aquella Brilla como una Estrella de su segundo disco -. Eso sí, no son las únicas, ya que Soneto y las ruidosas La Pensión y Cumbres Profundas, no están nada mal.
La únicas pegas que le encuentro al disco son la larga duración – encima esta es la versión con un tema extra -, y esos temas tan tranquilos que comentaba antes, y que no me terminan de convencer. Por lo demás, muy bien, de hecho, creo que es su mejor disco.
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