Tenían ya un curriculum detras.
No cabe duda que los libros que traten sobre la electrónica en general, tendrán que tener un hueco para estos chicos.
En el 90 pegaron un pelotazo en las listas, pero sobre en las raves, y en los clubs, con este tema que me parece magnífico.
Techno de los 90 en estado puro, House progresivo, (aunque a mí este nombre no me guste mucho), y unos cuantos rapeos, fueron más que suficiente para que el tema consiguiese el éxito que tuvo.
Rítmico, fuerte, bailable, con garra, sensación de ser hecho en directo, pegadizo.
Vamos una locura de tema. De esa clase de temas que cada vez que suena no te importa salta y moverte.
KLF parecía que querían sacar el sonido de los clubs a los grandes estadios. Su imaginería así lo afirmaba, con un despliegue digno de las grandes bandas de Funk de los setenta.
Imagen y sonido a disposición del baile desenfrenado.
Sampleadores por excelencia, (se sampleaban a ellos mismos), y defensores de abolir los derechos sobre el copyrigth, definieron un sonido y una época.