Articulo publicado en el Blog viajero de ReservasdeCoches.com
Una cultura que influyó al resto de Asia oriental
El Lejano Oriente ha sido cuna y tumba de muchos reinos. Uno de estos se desarrolló en lo que hoy es el noreste de China y la península coreana, y toma el nombre de la dinastía que lo gobernó durante toda su existencia (entre los años 277 aC y 668 dC): Koguryo. Tres de sus capitales y unas 100 tumbas, dispersas entre China y Corea del Norte, están protegidas por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.
En China se encuentran las ruinas de las ciudades de Wunü, Guonei y Wandu, que junto con Pyongyang (la actual capital de Corea del Norte) fueron capitales del reino de Koguryo en diversos periodos. La UNESCO las considera ejemplos excepcionales de “ciudades de montaña”, un tipo de poblaciones que se luego se extendieron por el resto de Asia oriental.
Por su parte, las tumbas se encuentran repartidas entre China y Corea del Norte. En total se conocen unas 10.000 tumbas del periodo Koguryo, pero las seleccionadas por la UNESCO son excepcionales artísticamente hablando, lo cual indica que pertenecen a personajes importantes. Están decoradas con pinturas murales y su arquitectura es bastante avanzada para la época, ya que algunas de las tumbas se recubrían con túmulos de tierra que suponían una gran carga para la estructura.
Visitar las tumbas situadas en Corea del Norte puede ser algo complicado, ya que los extranjeros deben ir siempre acompañados de agentes del gobierno para viajar por el país; por lo que es mucho más sencillo visitar las tumbas y ciudades de China, que además ofrecen una visión más completa. Puedes llegar alquilando un coche en Pekín (puedes hacerlo en esta página), aunque prepárate para un largo viaje de 10 horas.
Fotografía de Kevsunblush en la Wikipedia.
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