Una vez terminado el libro de kokoro puedo decir que sigo asimilando todo lo leído , un libro con muchas pausas y gran cantidad de pequeños matices que se pueden escapar fácilmente. Me llamó tanto la atención la amistad que existe entre los dos protagonistas de la historia que busqué información sobre ellos.
Normalmente cuando termino un libro me gusta leer qué piensan otras personas de la historia y de los personajes en sí. En este en particular tenía más interés de lo normal por ser uno de los primeros libros que leo en el que se trate tanto la personalidad de los japoneses.
La relación entre los dos amigos es muy paternal según se describe en los libros pero también tiene ciertos detalles que te llevan a pensar si esta no es más bien homosexual. Una vez que piensas de esta forma y vuelves a leer algunos fragmentos acabas dudando mucho más.
El libro en sí no es sobre la homosexualidad ni mucho menos, simplemente está presente en algunos momentos. Lo único es que al no mencionarse directamente en ningún momento deja a la interpretación del lector si es así o no.
Este hecho me ha llevado a ver cómo se trataba la homosexualidad en Japón durante esa época y he descubierto que se veía de una forma muy distinta a como se podía ver en los países occidentales, algo que me ha parecido muy interesante y no me esperaba.
Dejando a un lado el tema anterior, si quieres leer este libro, la historia básicamente trata sobre la soledad de los protagonistas. Una soledad muy profunda originada por diversos motivos.
Si quieres conocer más sobre las relaciones personales en Japón, este libro es muy recomendable aunque como el Sensei afirma “ahora todo es muy distinto a como era antes”.
Ayer, hablando con mi novia le comentaba lo duro que se hace leer ciertas partes del libro y ver esa falta de comunicación entre los japoneses. Esa dificultad innata a expresar los sentimientos y guardarse todo en su interior.