Kon-Tiki termina resultando un más que ameno producto. Basado en hechos reales, el film noruego posee una base sólida como una roca en cuanto a estética visual, encontrando en la mitad del relato su plato fuerte y más apetitoso. Obstinado y encerrado en su terquedad, Thor Heyerdahl está dispuesto a comprobar una teoría en la que se halla abocado hace tiempo, intentando demostrar cómo indígenas sudamericanos pudieron arribar a la Polinesia miles de años atrás. Sin financiación de terceros al tildar su idea de descabellada, nuestro protagonista reúne un equipo de cinco hombres para embarcarse por cuenta propia y llevar a cabo una travesía tan peligrosa como emocionante. Con un ritmo apreciable y una más que lograda puesta en escena, la película posee la condición de sumergir al espectador de lleno en una aventura admirable, haciéndolo partícipe y transportándolo a estados a través de los cuales pueda meterse en la piel de los personajes y experimentar diversas percepciones.
LO MEJOR:agradable de ver, estimable. Bien narrada. Los pasajes de tensión. Lo interesante que resulta la aventura. Actuaciones. LO PEOR:no pule del todo la emoción. No invita a verla nuevamente.
PUNTAJE:7