Konets

Publicado el 16 enero 2019 por Aleon @Aleonpizarro
de César Pérez Gellida.

Título: KonetsAutor: César Pérez GellidaEditorial: Suma, 2017Páginas: 560.
SINOPSIS.
El capítulo pendiente en la despiadada «Obra» de Augusto Ledesma
Olek Opiozcenek no es únicamente un nombre más en el extenso listado de víctimas que conformaron la «Obra» de uno de los más crueles asesinos en serie de la historia. Aquel niño nacido de la perversa simiente de Augusto Ledesma ha crecido bajo los cuidados de sus abuelos maternos y con el respaldo económico de una peculiar hada madrina: Rusalka. Sin embargo, Olek está empeñado en desenterrar esos secretos del pasado exprimiendo sus habilidades como hacker; pero, en ocasiones, descubrir el punto de partida condiciona el itinerario y, consecuentemente, el destino.
Konets («fin» en ruso) es un thriller frenético, un tratado sobre la maldad estructurado en cuatro movimientos y desarrollado en dos escenarios temporales: la adolescencia de Olek y su madurez, o, lo que es lo mismo, el antes y el después de los sucesos que se narran en Khimera. Ambas novelas conforman el engranaje conclusivo entre las dos aclamadas trilogías «Versos, canciones y trocitos de carne» y «Refranes, canciones y rastros de sangre» que han atrapado a miles de lectores en el inabarcable universo gellidista.
«La luz y la oscuridad son dos conceptos que conforman una única idea. Dos fuerzas complementarias, pero opuestas. Si el mar es el yang: la absorción, lo pasivo, lo oscuro, y el río es el ying: la penetración, lo activo y la luz, ¿de cuál de las dos fuerzas te gustaría ser partícipe si tuvieras el privilegio de elegir sabiendo que ninguna se impone a la otra?»
IMPRESIÓN PERSONAL.
Después leer Khimera pensé que si César Pérez seguía con estos personajes que nos llevaban acompañando en novelas de corte muy negro acabaría, "cagándola". A ver si me explico. No lo pensé porque no creyera que el autor podría seguir desmadejando una madeja y enlazándola con otra y así hasta el infinito. Genio y figura para eso no le faltan, aunque le falte "pelo". Pero con Khimera mi cerebro empezó ya a "chisporrotear" y estuvo a punto de fundirse y perderse en la infinidad de acontecimientos que sentí tan cercanos a todo lo que ya llevaba leído de esos personajes y tan lejano en la evolución de los mismos que a veces me perdía. Por eso comencé a leer Konets con cierto temor y desconfianza. Muchos seguidores, incodicionales "gellidistas", ya habían apuntado en sus blogs que "tranquila, que te va a gustar como el resto", pero yo ya lo he dicho muchas veces, no soy "gellidista", soy "sanchista" y con Sancho, fan de toda una serie de personajes que le hacen compañía que me hacen vibrar, sentir y me duelen cuando duele lo que les acontece.
Pero hete aquí, que aunque en algún momento mi cerebro ha tenido algún chisporroteo, no lo voy a ocultar, he disfrutado con este remate de la partida no sólo porque las jugadas han sido magistrales sino porque la forma en que se han ido enlazando, su progreso y su desenlace me han parecido de "trofeo de oro" (lo de balón está ya muy manido). ¡¡Vaya pedazo de personaje que nos ha dejado Augusto Ledesma y vaya acompañamiento que tiene a lo largo de su historia vital!! 
Konets es una distopía y el remate perfecto para toda una serie muy negra por la que el autor nos ha hecho navegar a lo largo de ocho novelazas. Una parte acontece sobre 2029 cuando Olek Opiozcenek es tan solo un adolescente inquieto, un buen hacker que a medida que avanzan sus conocimientos se va metiendo cada vez más en líos más complejos hasta que termina metiéndose en su lío definitivo y su vida cambiará para siempre. Otra parte de la novela nos lleva a 2054, tras la guerra de la devastación total en la que Olek, ya una persona adulta, sobrevive a una explosión y es rescatado/apresado por unos pobladores marginados dentro del nuevo orden mundial. La verdad es que se le pone a una la carne de gallina leyendo cuestiones que tenemos tan cerca ya, reconociendo en nuestra realidad muchas de las manipulaciones cibernéticas a las que ya estamos sometidos y reconociendo como el camino que nos va marcando el autor es el camino hacia el que vamos. La tecnología que, sin duda, está al servicio del ser humano o, al menos, así debería de ser, estando en pocas manos y manos con ansia de poder y de dinero, puede ser (y ya es) el mayor peligro al que nos enfrentamos en la actualidad sin ningún arma. Por eso Konets es una distopía muy negra, negrísima, y tan cercana que da miedo.
Por otro lado, he de reconocer que me ha encantado volver a encontrarme con personajes como Erika y Ramiro Sancho (¿cómo no?). Los voy a echar de menos de aquí en adelante, sobre todo sabiendo que la Congregación de los Hombres Puros sigue actuando ( a saber, cuantas de estas congregaciones nos andan manipulando por esos mundos de dios).
No voy a extenderme más en esta reseña. No tiene sentido. Las personas que han ido leyendo toda la serie de, primero, Versos, canciones y trocitos de carne y después, Refranes, canciones y rastros de sangre, además de Khimera, saben de lo que hablo y hasta donde nos puede llevar el autor. Las personas que no han leído las siete novelas previas a esta, les recomiendo que las lean antes de ponerse con esta para entender lo que se plantea en esta partida tan compleja que finaliza como lo hace. Ya sé que es una serie larga, pero pocas series merecen tanto la pena como empezar a leer esta. Lo garantizo.