‘Kubo y la búsqueda del samurái’, oda a la aventura

Por Cinéfilo Criticón @cinefilocritic

Tenía tiempo que no escribía una crítica fílmica, principalmente por qué no encontraba una excusa o una motivación para hacerla. Por petición de mi compañero Miguel, aún obstinado en argumentar que las películas de DC “no son tan malas”, me he decidido a escribir las líneas que están leyendo debido a que se trataba de los estudios Laika, responsables de la película que nos ocupa, y de otras más que han tenido un éxito en taquilla y crítica moderadamente significativo. Pese a que no soy fan de Laika he de reconocer que son gente seria que se esfuerzan en entregar al publico un producto de calidad, al menos en el apartado técnico. ¿Narrativamente? No tanto.

  

Si has vivido debajo de una piedra la última década entonces no reconocerás títulos como CoralineParaNorman y Los Boxtrolls. De lo contrario es probable que las hayas visionado o al menos visto en cartelera. Todas ellas son responsables de los estudios de animación Laika, mismos que que se encargan de la difícil y hermosa técnica del stop-motion (consiste en darle movimiento a objetos inertes mediante la repetición). Si bien Coraline era un trabajo por encargo, sus siguientes proyectos fueron obras originales que posicionaron a Laika como un rival de animación muy serio para Diney-Pixar y DreamWorks. Sus historias eran muy irregulares pero la belleza visual dentro de éstas bastaba para satisfacer a la audiencia, misma que en su mayoría consistia en niños. Este año estrena Kubo and the Two Strings, título original que va más acorde con la idea general de la historia que al que le otorgaron en México. Pero bueno, pasemos a la crítica.

La película comienza de forma hipnotizante y magnífica, como las grandes historias de héroes deberían comenzar. Desafortunadamente son solo cinco minutos de magia. El resto del relato nunca llega a alcanzar el punto máximo que vimos en el inicio pero eso tampoco quiere decir que el viaje no valga la pena, todo lo contrario. No pienso soltar spoilers ni nada parecido, por ello trataré de mencionar solo puntos argumentales básicos que no les arruinarán la experiencia. Kubo es un pequeño niño que vive junto a su madre, en el interior de una cueva que yace en un risco frente al mar. Todos los días Kubo deja su hogar y va al pueblo más cercano para realizar un acto de magia con el que conseguirá dinero, y por ende comida, además de entablar amistades con los residentes que ahí habitan. Llegada la puesta de sol, el atardecer, Kubo regresa a su hogar donde su madre lo espera. Cabe mencionar que es solo en este momento del día en particular cuando la madre de Kubo parece despertar de un hechizo que la atormenta.

Conforme avanza la trama nos damos cuenta, como espectadores, que el abuelo de Kubo (por parte de su madre) es responsable de la muerte de su padre y del exilio de su madre, así mismo entenderemos que Kubo es un niño especial que guarda un extraordinario poder en sus ojos, mismo poder que busca con recelo su peligroso abuelo. Hasta aquí dejaré la trama pues lo mejor es que la disfruten sin saber prácticamente nada sobre los puntos claves del relato. Ahora bien, creo que he disfrutado Kubo debido a que es un gran homenaje a los héroes en lugar de una película satisfactoria. De hecho, no creo que sea una película memorable ni mucho menos pero vaya que está bien trabajada en el factor emocional y es ahí donde radica su gran valor.

Unos párrafos arriba comentaba sobre las obras anteriores de Laika, que tampoco es que sean muchas, y me quiero centrar en una de ellas en particular, sobretodo porque guarda muchas similitudes con Kubo. Esa película es ParaNorman. Para los que no la hayan visto básicamente guarda la misma premisa que Kubo: un niño con habilidades únicas que las utilizará en su viaje emocional para resolver el conflicto de la historia. En el caso de Norman, protagonista de ParaNorman, su habilidad es ver a los muertos y sobre ello se construye la historia de la película. Pero hay un pequeño detalle: el tercer acto de la película cambia drásticamente la estructura narrativa de la película, tanto que parece una historia completamente diferente. No se preocupen, no diré spoilers acá tampoco. Pero mi queja va más o menos con lo siguiente: en los estudios Laika se preocupan más por la apariencia visual y técnica de su película que por el guión . Y eso es un error muy grave.

¿Por qué menciono todo esto? Bueno, primero y principal porque deseo que Laika trabaje arduamente sobre ese terreno en particular, el guión. Se enfocan más en presumir la grandeza de su trabajo visual que descuidan la historia pensando que al ser dirigida a niños no importa. No es así. El público merece respeto y cuantas menos preguntas se formulen en su cabeza al terminar la proyección, mejor. Segundo, y no menos importante, el guión si importa, chicos. Por mucho que películas comerciales como Batman v Superman o Escuadrón Suicida insistan en que a las grandes masas le interesa solo la acción y el espectáculo, están equivocados. Es la historia junto a los personajes lo que hacen memorable y única a una película. Lo demás pasa a segundo término. Pero volvamos a Kubo, me he ido del tema. Una disculpa.

La comparación de ParaNorman con Kubo se debió a que ambas guardan el grave error de ocultar con su técnica visual los agujeros e incongruencias de la trama, machacando, de paso, lo que pudo haber sido una historia sumamente perfecta. A diferencia de ParaNormanKubo no sufre tanto sus carencias narrativas pues el director Travis Knight, quién es también el director de los estudios Laika, se transporta a las bases fundamentales del cine y de cualquier historia: corazón y humanidad. Y Kubo desborda ambas cosas por todo su metraje. Sobretodo la relación entre padres e hijos y el temor a ser olvidados. Es una película con un tema muy bello y que es respaldado por una hermosa puesta en escena, personajes inolvidables y un mensaje muy poderoso hacia su principal público: los niños.

No me malinterpreten. No odié la película ni tampoco guardo odio hacia Laika, así como tampoco amé Kudo, simplemente les he expuesto los tonos blancos y negros que caracterizan a un pequeño y humilde estudio de cine que si se propone mejorar en sus historias podría ser un serio contendiente para ser una agradable opción en cartelera y hacer frente a monstruos del marketing como lo son Disney-Pixar y DreamWorks. Nada me haría más feliz pero deben reflexionar algunas cuestiones. De momento espero que les vaya muy bien en taquilla, sobretodo en el marcado internacional donde no se encuentra ningún producto significativamente notable en estas fechas.

Volviendo a la experiencia que resulta la película como tal solo les diré que vale completamente su dinero y, más importante, su tiempo. Es una hermosa historia que conectará con el público pues pese a estar desarrollada en una cultura tan mística y antigua como la japonesa, el corazón de la historia se puede conectar con todo el mundo. Es una aventura fascinante que guarda su fuerza en homenajear y seguir al pie de la letra El héroe de las mil caras de Joseph Campbell , un libro que es la base fundamental para entender El viaje del héroe no solo en el cine sino en todo medio impreso, visual e incluso imaginario. Para los que estén familiarizados con el término seguro adoraran Kubo y la búsqueda del samurái. Para los demás, disfruten un brillante ejercicio técnico y visual sobre el héroe que todos llevamos dentro y sobre la importancia de la familia y los seres que amamos. No es perfecta pero vaya que es emocionante.