Kursk, una derrota anunciada (1ª parte)

Publicado el 08 marzo 2015 por Librosbelicos @librosbelicos
Buenas noches,

Después de su entrada sobre la batalla de Stalingrado, hoy contamos con una nueva aportación de nuestro colaborador @morroamarillo sobre la batalla de Kursk.


La victoria en Kursk será un faro que ilumine a todo el mundo”. Adolf Hitler, 15 de abril de 1943.

Tras el cerco al 6º Ejército en Stalingrado en noviembre de 1942, que traté en los artículos anteriores, el flanco sur de la Wehrmacht se vio seriamente amenazado debido a las ofensivas soviéticas. En concreto, la posición alemana más meridional del frente oriental, la que tenía por objetivo la toma de los campos petrolíferos del Cáucaso, tuvo que salir por patas antes de que los rusos liberasen la ciudad de Rostov. De no ser así, el desastre para de la Wehrmacht habría sido mayor que la misma derrota de Stalingrado.


En azul: territorio soviético recuperado durante la Op. Saturno (diciembre 1942-febrero 1943) tras el cerco del 6º Ejército alemán en Stalingrado. El objetivo de los ataques soviéticos era arrinconar y aplastar el Grupo de Ejércitos Sur contra el Mar Negro, además de recuperar importantes posiciones en Ucrania. Así, llegarían a tomar Járkov y Belgorod. Las unidades alemanas de esta zona se encontraban bajo las órdenes de Paul Hausser, que por iniciativa propia y desobedeciendo las órdenes de Hitler de no ceder un palmo de terreno, abandona la ciudad de Járkov el 12 de febrero. Fue una buena decisión, dado que los alemanes estaba en una inferioridad de 1 a 6, además de que el amplio avance soviético hizo estirar tanto sus líneas de abastecimiento que se volvió vulnerable a los contraataques alemanes que se darían en marzo. Dichos contraataques constituyen un claro ejemplo de lo que es la defensa móvil (la explicaremos más abajo). Este contraataque alemán es considerado uno de los más brillantes de la guerra y es estudiado a día de hoy en diversas academias de oficiales. No solo se logró una retirada ordenada y en perfecta coordinación, sino que el ataque posterior logró todos los objetivos en un plazo de tiempo límite y contra una fuerza abrumadoramente superior. El peso de estos contraataques recayó sobre el I Ejército blindado que atacó a los soviéticos por el sur y sobre el II Cuerpo Panzer de las SS (que había sido reforzado por la División Totenkopf) que estaba bajo el mando de Paul Hausser (aunque a nivel estratégico el cerebro de esta ofensiva fue Manstein). Hausser reconquistó Járkov el 14 de marzo, tras una encarnizada lucha urbana cuerpo a cuerpo. Sería esta ofensiva alemana la que generó el saliente del frente soviético en torno a la ciudad de Kursk, saliente que se clavaba como un puñal en el vientre alemán.

En color rojo vemos el territorio reconquistado por los alemanes a raíz de las contraofensivas de Manstein. Fuente: Wikimedia.    


Las operaciones se detienen en primavera con el deshielo y las lluvias que da como resultado lo que los soviéticos entienden como rasputitsa(“la estación del fango”). Es aquí donde ambos bandos empiezan a preparar sus campañas para el duro verano que se presentaba decisivo.Se puede decir que Alemania contaba con tres opciones estratégicas (1):- Defensa estática: una línea de bloqueo estática a la vieja usanza que detuviese a los soviéticos. Se antoja bastante anacrónica, más propia de la 1ªGM que de la guerra de movimientos utilizada en la 2ªGM. El hándicap de estas líneas estáticas es que si el atacante, en clara superioridad numérica, concentra todas sus unidades en el mismo punto, la defensa se viene abajo.- Defensa elástica: viene de la mano de Manstein. La gran ventaja de esta opción es la capacidad alemana para realizar operaciones con grandes masas de carros de combate. También tenía algunos inconvenientes: los soviéticos tenían la posibilidad de lanzar ofensiva tras ofensiva como se verá en 1943. Esto plantea el problema de que las fuerzas alemanas que se enfrentaran a estas ofensivas estarían muy desgastadas por la continua defensa elástica planteada por Manstein. Hitler estaba muy en contra de esta opción ya que en 1942 empezó a designar determinados lugares como Festung (fortaleza) que implicaban que las tropas allí destacadas no se podrían mover y deberían defender el lugar hasta el último hombre (algo similar a lo que ordenó en Stalingrado).- Ofensiva limitada: se trata de concentrar en un lugar y momento concreto una contundente fuerza de ataque y lanzarla contra el frente enemigo para causar el mayor número de bajas posibles y recuperar determinados enclaves importantes. Ya no se trata de una gran ofensiva como en 1941, sino una pequeña ofensiva limitada temporal y geográficamente. Sería la opción seleccionada por el Estado Mayor alemán en el sector de Kursk.Kursk sería el último gran intento de ofensiva alemana en el este. A partir de este momento la iniciativa pasará, por completo, al bando soviético. Podemos decir que Kursk fue la última posibilidad alemana de lograr “tablas” en la guerra, aunque quizá sea algo precipitado afirmar esto. Si en Stalingrado los alemanes ya no podían ganar la guerra, es tras Kursk cuando la guerra se vuelve totalmente en contra de Alemania. El 12 mayo de 1943 la rendición alemana en el norte de África es un hecho (se rinden un cuarto de millón de soldados, entre ellos doce generales, cuenta Beevor en su obra). Los aliados desembarcarán en Sicilia e Italia cuando la batalla de Kursk se encuentre en su cénit, lo que obligará a Alemania a luchar en dos frentes simultáneos y a dividir sus fuerzas. Por si fuera poco, los kilómetros retrocedidos desde la debacle de Stalingrado son irrecuperables y alejan a las fuerzas alemanas de los preciados campos petrolíferos del Cáucaso, imprescindibles para la economía de guerra alemana que ahora tendrá que conformarse con la producción petrolera de Rumanía, sobre todo de Ploesti, y que será duramente castigada por la aviación aliada.El plan de von Manstein para Kursk consistía en la clásica pinza: desde el norte atacaría el 9º Ejército de Model (muchas de las tropas que engrosaban este cuerpo habían sido transferidas desde el Grupo de Ejércitos Norte, un ejemplo de lo que tenía que hacer Alemania para tener una fuerza de ataque en condiciones). Desde el sur entraría en escena el 4º Ejército Panzer de Hoth (el mismo que intentó rescatar el 6º Ejército cercado en Stalingrado). Podemos decir que era la verdadera flor y nata y en él coincidieron unidades veteranas y curtidas tanto del Heer (un ejemplo sería la División Großdeutschland, una de las mejores divisiones alemanas) como de las Waffen SS (II Cuerpo Panzer de las SS compuesto por las tres mejores divisiones de las Waffen SS: 1ª División Leibstandarte Adolf Hitler, 2ª División Das Reichy 3ª División Totenkopf). El número total de fuerzas alemanas se cifra en torno a 780.000 hombres.El objetivo de ambas pinzas era encontrarse en la ciudad de Kursk, logrando así el embolsamiento de todas las unidades soviéticas en el saliente de Kursk para su posterior eliminación.Los soviéticos conocían el plan alemán a la perfección. Sus servicios secretos y tramas de espionaje fueron determinantes a la hora de desentrañar los planes alemanes. Llegaron a saber con diferencia de horas las decisiones del alto mando alemán. Tal es el caso, que cuando los alemanes lanzan sus ofensivas contra el saliente se desata sobre ellos una lluvia de fuego causada por la artillería soviética, aunque no logra causar demasiadas bajas. Además, se llevan a cabo algunos ataques aéreos preventivos contra aeródromos alemanes, también con escaso éxito.El campo de batalla que se antojaba para los alemanes distaba de ser sencillo. Las defensas soviéticas se dispusieron en forma de líneas concéntricas. Había alrededor de ocho líneas defensivas, siendo las dos primeras las más fuertes y difíciles de sortear ya que tendrían que detener al enemigo el mayor tiempo posible mientras era castigado por la artillería de retaguardia y el apoyo aéreo. Las líneas defensivas soviéticas estaban compuestas por lo que todos podemos imaginarnos: trincheras, campos minados, alambradas, zanjas antitanque, etc. Todo bajo la cobertura de ataques artilleros, apoyo aéreo, ametralladoras, carros de combate y cañones anticarro. Todo este entramado de defensas y fortificaciones fue posible por la movilización, por parte de las autoridades soviéticas, de 300.000 civiles.Además de las líneas de defensa, es importante mencionar la agrupación soviética dispuesta en retaguardia: el Frente de la Estepa que estaba bajo las órdenes de Konev e incluía el V Ejército de Tanques de la Guardia, cinco ejércitos de fusileros, tres cuerpos de tanques y mecanizados y tres cuerpos de caballería. En resumidas cuentas, casi seiscientos mil hombres, que conaban con el apoyo del V Ejército del Aire. Esto por parte del Frente de la Estepa, pero es que a mayores nos encontramos con el Frente Central (Rokossovsky), el Frente de Voronezh (Vatutin) y el Frente del Sudoeste (Malinovsky). Unas fuerzas que sumaban casi dos millones de hombres, una cifra abrumadora, más si tenemos en cuenta que la relación de fuerzas en una ofensiva, donde sobre el papel los atacantes deben tener una superioridad de 3 a 1 para lograr una ventaja que haga factible la misión. Los ataques iniciales comienzan el 4 de julio por la tarde en el sector sur alemán, pero nosotros nos centraremos primero en la pinza norte a fin de quitárnosla de encima rápidamente, ya que es el sector menos interesante y el que permaneció más estático durante el desarrollo de la batalla. Las acometidas del 9º Ejército de Model tuvieron graves dificultades desde el principio. La tenaz resistencia soviética (y esto será una norma en casi todos los frentes durante la guerra), unida a su superioridad numérica, estorbó mucho las puntas de lanza alemanas. Model contó con los gigantescos carros Elefant, que los zapadores soviéticos procuraron dejarlos fuera de combate colocando minas a su paso. Es interesante la batalla que se produce el 7 de julio en la estación de Ponyri, bautizada por su brutalidad como “un Stalingrado a pequeña escala” (la estación cambiará constantemente de manos durante cuatro largos días). Finalmente, tras una semana de combates, los alemanes solo logran un avance de 12 km, efímero si tenemos en mente el espacio que tenían que salvar para llegar a Kursk. Ni siquiera la medida de Model de poner todas las cartas sobre la mesa lanzando a sus reservas al ataque logró el objetivo de internarse más en las defensas soviéticas, y es que éstas eran más profundas de lo que Model había imaginado.



En rojo vemos como la posición del 9º Ejército de Model se introduce en el frente soviético creando el saliente de Orel, muy vulnerable a un ataque soviético como veremos durante la Op. Kutuzov.  Fuente: Wikimedia.
El golpe de gracia en el sector norte alemán lo dan los soviéticos mediante la Op. Kutuzov (bautizada así en memoria del gran general ruso de 1812). Si cogemos el mapa, vemos que la posición de Model constituía un saliente alemán (el saliente de Orel) en el frente soviético (de la misma forma de Kursk se introducía en el frente alemán). Los soviéticos eran conscientes de ello y esperaron a que los alemanes se desgastasen con sus ataques antes de pasar a la ofensiva. De esta forma, el 12 de julio se inicia la operación por parte del Frente Central (Rokossovsky) y del Frente de Briansk (Popov). La operación es un éxito y contribuyó, además de frustrar la pinza norte alemana, a reducir el saliente de Orel y a la liberación de Smolensk un par de meses más tarde. Ya antes de lanzar la Op. Kutuzov, Model había sufrido unas pérdidas de en torno a los 20.000 hombres, además de 200 carros de combate