Grinderman, The National, Pulp, Pj Harvey, Dj Shadow, Fleet Foxes, Sufjan Stevens, The Flaming Lips, Low e Interpol, entre muchos otros. Pero dejando esto a un lado, Dean Wareham tocando con su primera formación, Galaxy 500, es un espectáculo difícil de superar. Sí, Jarvis Cocker tiene mucha presencia, para muchos es Dios. Pero Dean & Britta son otra historia. Emblemáticos, con clase, y sobre todo ofreciendo una música (todo es cuestión de gustos) que te lleva de cabeza a la época de The Velvet Underground y esa psicodelia glamourosa de melodías pegadizas, con un estilo imposible de olvidar. Unos artistas consagrados que de hecho viven dando un centenar de conciertos al año, desde hace ya bastante tiempo. Una joya.
Y si tengo que elegir otra joya, es a Kurt Vile, presentando su último disco junto a The Violators. Y no es por desmerecer a nadie, es que es de esos conciertos a los que vas habiendo escuchado tres o cuatro temas, te inspira curiosidad y te acercas a verle en directo y zas! te ha calado el gusto musical y el estado de ánimo que tienes en ese momento.
Con sólo 30 años este guitarrista y cantante de Filadelfia, con aspecto de haberse quedado rezagado en los inicios del grunge, es una de las más interesantes promesas de Matador Records, y no es que tengan pocas. Kurt Vile cuenta con cuatro discos en solitario, además de haber formado parte de The War on Drugs. Imperdibles sobre todo sus dos últimos discos: Childish Prodigy (2009) y Smoke Ring My Halo (2011), además de sus impecables y adictivos directos. Rock añejo, con toques psicodélicos y garajeros, pero sobre todo auténtico. Muy auténtico.
VANESSA PASCUAL
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