Kuve, regresión: canciones de guerra para escapar de una vida perfecta

Publicado el 26 febrero 2013 por Asilgab @asilgab
La melancolía y la necesidad de partir de nuevo desde cero, atraviesa la melodía de las canciones de Kuve como la neblina que se deposita sobre nuestros sentidos en las grandes despedidas. Kuve han trazado una línea divisoria sobre la que crear un nuevo mundo en el que construir una senda que les lleve lejos, muy lejos. Regresión, está compuesto por once canciones de guerra para escapar de una vida perfecta en la que ya no se producen antiguas emociones. Esa es la premisa del disco, ir en busca de nuevas sensaciones, y con ello, transmitir algo nuevo y diferente. Ya ha pasado un tiempo desde que nos presentaron su primera maqueta llamada como ellos, Kuve, donde nos mostraban sus primeras nueve canciones (alguna de ellas también se incluye en este Regresión), y sin necesidad de ponernos nostálgicos, comprobamos el largo y duro camino que han recorrido Maryan Frutos y Carlos Otero para llegar hasta el nivel que han alcanzado con su flamante primer disco. Regresión son once canciones descaradamente pop, pero también once historias donde apreciamos las caricias y la ternura de una mujer que se compaginan con la fuerza de la guitarra de un hombre, que juntos, están dispuestos a pelear por tener su propio lugar en el mundo de la música. Para todos aquellos que tuvimos la oportunidad de conocerlos allá por el mes de abril del año 2011 ya sabemos de sus grandes cualidades para la música. La voz cristalina, potente y mágica de Maryan, a la que hay que unir la maestría en la guitarra de un Carlos Otero que es el gran artífice de un sonido que en Regresión ha sabido identificar los puntos fuertes de un grupo que sabe lo que quiere. El mimo y el amor con el que está hecho el disco se pone de manifiesto en mil y un detalles, que van desde la producción de un Raúl de Lara (que para esta ocasión ha sabido traducir las sensaciones que Kuve han querido transmitir en su primer trabajo), hasta las letras de cada una de las canciones o la labor de postproducción.
Nadie te dijo es el tema que abre el cd, y que además, es el elegido como primer single y videoclip de este Regresión. Una canción cargada de fuerza y energía en la que se aprecian los nuevos matices con los que Maryan y Carlos la han barnizado para demostrarnos sus dotes musicales; atrevida, directa y profundamente bailable, así es la tarjeta de presentación de este Regresión, que acaba en un bucle que nos lleva a Singapur con el mismo aura del que procedíamos. Aquí la voz de Maryan se nos muestra clara y diáfana como el sol del amanecer en primavera, lo que hace ganar enteros a la canción pues su presencia es fundamental en este juego de nuevas sensaciones que juegan a la seducción. Regresión es el tema homónimo del disco que refuerza ese viaje que busca nuevas metas en el que la firmeza de la sección de cuerdas funciona como un fuerte músculo que sostiene el armazón de la canción. La siguiente etapa de nuestro periplo es Siluetas de invierno, un tema compuesto por Sean Frutos (frontman de Second y Mr. Kuve) y que en este disco se comporta como un punto de inflexión para lo que más tarde se nos avecina, y que sin duda, nos propone de una forma muy inteligente un juego donde los sentimientos se funden con una melodía a la vez pegadiza y demoledora, lo que sin duda nos sirve para identificar el lado más melancólico del disco. Como melancólico es el mejor tema del disco, Tu último domingo, gran canción que te agarra desde la primera nota y ya no te suelta; mágica, evocadora, sensual y con una letra que rompe los espejos de los falsos reflejos: “motos rugen con la luna llena/ Madrid vacía de promesas/…/ puedes consumirme hasta el vacío/ rodar la piedra en que nos convertimos”, donde la voz de Maryan se funde en un viaje perfecto con la linealidad de los mástiles que bailan en un abrazo infinito con las olas del mar.
Mi mente en el congelador es la vuelta a la firmeza compositiva de Kuve, donde la perfecta simbiosis de Maryan y Carlos nos deja como resultado un corte perfecto de medio tiempo, que se transforma en balada pop en Euritmia en la que de nuevo la calidez de Maryan hace de las suyas a la hora de caer enamorado de una historia de ruptura con la que escapar de esa vida perfecta que siempre nos persigue: “no quiero detenerme, prefiero conocerte/ ver amanecer, verte despertar… /sé que tal vez, nada es para siempre”. Una letanía sonora que continúa en Invisibles cuerpos, donde Kuve nos invita a jugar al juego de los nuevos amores que se funden con otros más evocadores y nostálgicos en A leguas (sin duda estamos en el bloque más íntimo y personal del disco); una canción que desprende mil y un reflejos que, como las bolas de una discoteca, nos envía mensajes contradictorios de luces y sombras bajo el signo de una melodía hipnótica que de nuevo nos invita a trasladarnos a un espacio más sensorial.
Dando vueltas sigue siendo el tema leitmotiv de las buenas vibraciones que desprenden Maryan y Carlos, ejemplo perfecto de perfecta canción pop, vibrante y rompedora en todos los sentidos: “siempre dando vueltas, dando vueltas hasta caer”. Y que nos lleva sin remedio hasta el último tema del disco, En círculos, un buen y sentido homenaje a sus venerados Coldplay, con un inicio de guitarra que para sí quisieran los británicos. Sin duda es otra de las grandes canciones del este Regresión, porque una vez más comprobamos lo bien que le sienta al grupo ese dejarse llevar por nuevos territorios más aguerridos que nos crean adicción.
En definitiva, Kuve y su primer y flamante disco, son un magnífico ejemplo donde el amor, la pasión y el desgarro algo atenuado se dan la mano con once canciones de guerra para escapar de una vida perfecta.
Reseña de Ángel Silvelo Gabriel