Kyoto es una ciudad completamente opuesta a Tokyo. Mucho más tranquila, sin edificios altos y con un ambiente más tradicional. Pero también tiene cientos de cosas por ver entre calles, templos, templitos, pagodas, museos, Toriis etc. Sin desmerecer Tokyo creo que, de momento, me quedo con Kyoto. Pero mi primer problema con esta ciudad es su ortografía, entiendo que el problema es mío pero ¿Por qué tiene que ser como Tokyo cambiando las consolantes de sitio? Vamos que desde Hiroshima casi me voy a Tokyo porque tanto el chico que me reservó los billetes como yo nos equivocamos. ¡¡Y eso que lo llevaba escrito!! Suerte que los kanjis no se parecen demasiado, tuve un momento de iluminación y fui a cambiarlo. Sino ya me veo en Tokyo diciendo: ¡Esta ciudad me suena mucho!
Mi segundo problema con Kyoto es que no tiene una línea local de JR (tren incluido en el JR Pass) muy buena así que para desplazarte por la ciudad has de usar los autobuses o la otra línea de trenes. Por suerte mi Ryokan estaba muy bien situado para lo que yo quería ver. Creo que con esto se acaban mis problemas con la ciudad.
En general la ciudad me encantó pero de toda ella me quedo con dos cosas: El museo del manga que me encantó. Me encantan las bibliotecas y si encima te dejan leer en el césped son un sueño hecho realidad. Y el barrio de Gion por donde paseé hasta cansarme varias tardes y acabé viendo a una Maiko salir de una casa y entrar en un taxi.
Una pequeña revisión de sitios para ver en la ciudad:
Fushimi Inari-Taisha es el principal santuario sintoísta dedicado al espíritu de Inari. Al ser un espíritu se puede representar de forma masculina, femenina y andrógina. Lo que está claro es que los zorros de Inari, kitsune, son sus mensajeros y la montaña está llena de sus representaciones con la llave del santuario en la boca. Inari es la deidad de los negocios y cada uno de los 10mil Toriis ha sido donado por comerciantes y empresas. Aunque hay varios caminos hasta la cima son unos cuatro kilómetros de subida y otros tantos de bajada entre los Toriis rojos. Para los que quieran, hay pequeñas casas donde te venden té y puedes descansar. Para bajar yo decidí coger uno de los muchos caminos que no están marcados para el turista y acabé en una zona de casas un poco alejada de la zona principal, aun con menos Toriis el camino seguía lleno de pequeños templos por todos lados.
Torre de Kyoto: Encima de un edificio con 9 plantas más 131 metros de torre, justo frente a la estación y sin grandes edificios a su lado es difícil no verla, de hecho es muy útil como punto de referencia. El diseño pretende recordar a las velas tradicionales japonesas. No sé cuánto cuesta la entrada porque, como todos los días en Kyoto, llovía así que me limité a subir hasta que me ofrecieron comprar el billete al mirador y volví a bajar en el ascensor. Hay mucha controversia con la torre porque viola la altura máxima permitida en la ciudad y rompe el aire ancestral de la ciudad que la hace diferente a otras ciudades del país. Sea como sea ahí está como punto de referencia e imagen de la ciudad.
Otowasan Kiyomizu-dera, más conocido como Kiyomzu-dera a secas. Es un templo budista reconstruido en 1633, el edificio principal de Kiyomizu-dera tiene una barandilla, sostenida por pilares, que sobresale de la colina. En la calle que baja al templo hasta el barrio de Higashiyama hay cientos de tiendas de souvenirs y comida donde os dan muestras de Yatsuhashi, dulce típico de Kyoto hecho de arroz, azúcar y canela, té verde, rábano japonés, rábano morado y otros vegetales que no supe identificar pero estaban fresquitos y buenos. También me dieron muestras de unas galletas de chocolate blanco y matcha riquísimas que estuve a punto de comprar hasta que vi el precio de 5 euros el paquete de dos.
Además la zona está plagada de estatuas como Hideyoshi and Nene, Temmangu y el buey de Temmangu o “Mani Wheels” en el templo Kodaiji. Tienes que tocarlas con la mano derecha o con ambas manos para que te den buena suerte. Nene era la primera esposa de Toyotomi Hideyoshi y tocar su escultura te dará un feliz matrimonio. Después de la muerte de su marido Nene se hizo monja en el templo budista y se la venera en Temmangu. Si das tres vueltas al templo tus deseos se cumplirán y tus desgracias desaparecerán. El buey es su mensajero así que si lo tocas con la mano derecha y luego la parte del cuerpo que quieres curar te ayudará. Mani wheels (dudo que sea el nombre original japones!) están en muchos templos y templitos, has de tocarlas con la mano derecha e ir girando en el sentido de las agujas del reloj para que desear vivir una vida, larga y salud.
Hideyoshi y Neme
Temmangu
Gion: No muy lejos de ahí está el santuario de Yasaka, la calle Hanami Kouji, el barrio de Gion famoso por arquitectura tradicional, sus geishas y maikos. Las segundas son aprendices y ambas son artistas de entretenimiento. En el barrio puedes ver actuaciones de Maikos y Geishas. Ah! Y no, no ejercen la prostitución ni nada parecido. Por favor olvidaros del libro/película “Memorias de una Geisha” y leeros “Vida de una Geisha” de Mineko Iwasaki. Además en el barrio está el teatro Minamiza cuna del teatro Kabuki. Un barrio maravilloso para pasear por sus calles y cuando te canses sólo tienes que cruzar el río hasta Ponto-cho dori para cenar con vistas al río en cualquiera de los restaurantes.
El mercado de Nishiki muy cerca de la calle principal de Kyoto, Shijo dori. Aunque más bien es una calle cubierta llena de tiendas a cada lado. Es un buen sitio para conocer la vida dentro de la ciudad sin apartarte demasiado del centro ni de los turistas. Se inicio en 1615 como un mercado de pescado pero actualmente tiene de todo.
El centro comercial de Miyakomichi. En cada estación hay un centro comercial, en la parte de abajo está el supermercado, zona de comidas, zona de regalos, restaurantes y a medida que vas subiendo tiendas de ropa y demás. Kyoto no es una excepción pero en el centro comercial de Miyako Michi hay una fuente que me dejó con la boca abierta. Os dejo un vídeo a partir del segundo 45:
Video: http://youtu.be/oMBFOcD1QJU#t=0m45s
Cosas que no vi aunque seguramente sean lo más típico de la ciudad. Eso sí, ayudé a una croata y más tarde a una pareja de americanos a localizar los sitios. Me vieron con cara de controlar la ciudad.
Palacio del emperador: Es fácil llegar desde la estación de Kyoto pero has de solicitar entrada con anticipación y yo no conseguí que la web me funcionase en el tablet. Tenía intención de ir a la oficina de turismo y pedir que me dieran hora para otro día pero como sabéis no llegué. Así que sólo os puedo decir que los jardines exteriores son muy amplios pero no tienen nada de especial.
Kinkaku-ji (Templo del Pabellón de Oro) o Rokuon-ji es un templo budista rodeado de un jardín. Sus dos plantas superiores están cubiertas por pan de oro (hojas de oro puro). El Ginkaku-ji, templo de plata, pretendía hacer lo mismo con plata pero la falta de dinero hizo que no pudiera ser.
También me dejé por ver el Museo Nacional de Kyoto que estaba cerrado. El edificio de madera más largo de Japón con mil estatuas del Kannon de los mil brazos: El Sanjusangen-do que por ¥800 la entrada di media vuelta. Son unos 6€ pero me molesta muchísimo tener que pagar por entrar a los templos.
Y ahora de camino a Osaka. Que en realidad está sólo a 30 minutos en tren pero es otra ciudad y otro mundo.
Otra vez me ha entrado mono japones…
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