Sabores discretos
Todo un acierto; así lo aseguramos tras pagar la cuenta en L´Archange, cuando la experiencia se queda grabada en tu recuerdo de forma positiva, ese sitio merece la pena!
El local tiene mucho encanto; ubicado en el barrio de Croix-Roussé, dispone de unas diez mesas;, con distancia entre ellas donde la elegancia y la sencillez priman. Paredes de piedra, luz tenue, menaje impecable y para darle un toque desenfadado una pizarra con los menús del día.
Uno de los atractivos de L´Archange es el servicio, una sola persona, que desconozco si es el propietario o sumiller atiende todo el restaurante con amabilidad y gran profesionalidad.
Un menú de tres platos a elegir entre tres variantes por 29, 50 sin bebida incluida y un suplemento de 4,50 si añades un plato de queso.
De primero elegimos el salmón con unas láminas de jengibre, granada un delicioso perfume de Mascarpone de anís, una mezcla acertada, equilibrada y perfecta. De segundo, la dorada acompañada de quinoa roja, algas y verduritas sobre una ligera salsa blanca; sabores suaves que mantienen la esencia de la materia prima. Todo esto estuvo rociado por un blanco fresco Côtes du Rhône
Los postres son un pecado, elegimos las tres variedades; la crema de vainilla con frutas de la pasión y dulce de guayaba, impresionante!, las fresas acompañadas de sorbete de yoghurt y la tarta de chocolate con avellana y salsa inglesa. Armonía de sabores, colores y sensaciones.
Sin duda un sitio para recomendar y para brillar con alguna estrella. El precio por persona fue de 35 euros