L’enfant d’en haut

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Especial. Cobertura BAFICI 2012
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La proyección de L’enfant d’en haut clausuró anoche la 14ª edición del Buenos Aires Festival de Cine Independiente cuyos organizadores, dicho sea de paso, celebraron los números positivos. La película de Úrsula Meier es su segundo largometraje después de la aquí recomendada Home, y sin dudas un muy buen cierre para esta enriquecedora experiencia cinéfila.

Sister es el título “internacional” que tal vez nuestros distribuidores retomen cuando importen el film (ésta es una especulación; por ahora no hay información al respecto). La alternativa en inglés alude al único vínculo de sangre que el niño protagonista, excelentemente interpretado por Kacey Mottet Klein, mantiene a toda costa.

Un poco como los hermanos Luc y Jean-Pierre Dardenne con El chico de la bicicleta, la realizadora suiza aborda la temática de la infancia desprotegida en la Europa desarrollada. De hecho, la falta de contención adulta se manifiesta a nivel estatal (ningún servidor público interviene en la vida de Simon), colectivo (el entorno social da pruebas de indiferencia o ejerce prácticas expulsoras) e individual (en el fenómeno de abandono paterno).

Meier también coincide con sus colegas belgas en cierta demostración de piedad para con los espectadores y, sobre todo para con su personaje. De ahí la concesión del final abierto con un resquicio de esperanza.

Gran sorpresa para los seguidores de la serie X-files: Dana Scully -o mejor dicho, Gillian Anderson- integra el elenco junto con Léa Seydoux (una relevación en tanto hermana mencionada en el título alternativo), Martin Compston, Magne-Håvard Brekke (que vimos en Un amour de jeunesse, cuya reseña se publicará en breve) y el veterano Jean-François Stévenin.

Cuesta encontrarle fisuras a L’enfant d’en haut o (El chico de arriba en castellano). Ojalá este segundo trabajo de Meier tarde poco en desembarcar en nuestra cartelera, para beneplácito de los amantes del cine europeo.