En la misma página ellos explican que la Boulangerie nació como una especie de proveedor exclusivo de panificados para hoteles y restaurantes de primera clase, por lo que desde la presentación, la textura y el equilibrio de sabores son dignos del mejor Bistró bonaerense.
Los panes de parmesano y de aceitunas negras estaban exquisitos, pero son del tipo de panes a comer con comidas con mucha salsa o líquido propio, sopas o para untar (con crema al verdeo, patés, escabeche...), particularmente creo que no son tan buenos para sandwiches o quesos en todas sus presentaciones, salvo que se unte con otra cosa más acuosa, debido a que son bastante secos.
Luego pasamos a la pastelería, pues era de tarde (merienda) y teníamos realmente ganas de dulce.En ese momento había sólo dos especialidades, y el Pain au Chocolat, como pseudo-ícono del Puff Pastry francés (entiéndase, especialidad de masa básica, cocción rápida, relleno simple y conservación fácil), era justo lo que esperábamos: la textura superficial costrosa, crocante, la masa porosa y esponjosa, suave a la mordida sin ser muy elástica, y el chocolate amargo contundente, con un aroma que lo abarcaba todo. No creo que haya sido su mejor preparación, pero estaba por sobre el promedio de otros lugares, como Martinez (que además adjudica su creación a los alemanes (?))
Y finalmente la especialidad de la casa: Croissant aux Amandes. La sublime combinación de la masa, de una ejecución fina, suave y texturada, ligeramente húmeda por el mismo relleno e intensificada por el dorado de la capa superior, espolvoreada con azúcar impalpable sobre un ligero bálsamo de almíbar o manteca (no supe diferenciarlo), con el relleno de Almendras, con la justa textura de pastosidad y acuosidad, de modo que a cada mordida en vez de quedarse entre los dientes o bajo ellos, se expandían con el resto de la masa hasta dominar con su sabor, eran la gloria. No aptos para débiles de panza, es un pequeño capricho a concederse cada vez que pasen por Recoleta [Montevideo 1567] o Chacarita [Roseti 1769], un lugar que no admite decepciones ni remordimientos.
Nos acompañaron en esta merienda varias aves, felices de recibir miguitas saborizadas en abundancia sin haber colaborado con los AR$ 70,00 que nos costaron los panes :D